Muere Peter Lorimer, el hombre que disparaba a 172 kilómetros por hora

La historia del Leeds United no se entiende sin Peter Lorimer. El centrocampista escocés fue una de las piezas fundamentales del glorioso Leeds de los años 60 y 70. Tan importante fue que desde su retirada sólo ha ganado un gran título, la Liga inglesa en la temporada 91-92. Fue la última antes de que pasara a llamarse Premier League, como si fuera un signo del cambio de era. A partir de ahí comenzó el ciclo triunfal del Manchester United de Alex Ferguson.

Lorimer es el hombre de los récords en el equipo que ahora entrena Marcelo Bielsa. A pesar de ser un centrocampista es el máximo goleador de la historia del club y es también el debutante más joven. Se estrenó con 15 años y 289 días el 29 de septiembre de 1962 y casi 60 años después la marca aún perdura.

Don Revie, el mánager del equipo, se empeñó en fichar al joven futbolista después de verlo jugar con Escocia en un partido de selecciones escolares. Había marcado 176 goles en una temporada con su equipo y su aparente fragilidad física no fue suficiente para hacer dudar a Revie. Johnny Queen, el ojeador que el Leeds tenía en Escocia, le avisó de que le seguía otro club y Revie se subió en su coche junto Maurice Lindley, su ayudante y jefe de ojeadores, para ir a buscarlo. Comenzaron el viaje a las ocho de la tarde y llegaron justo a tiempo para coger el ferry. “Fuimos el último coche”, recordaba hace años en un relato recogido por la web del club.

Una vez llegados a Escocia, tenían tanta prisa Revie y Lindley que les multaron por exceso de velocidad. Pero nunca se arrepintió el mánager del Leeds. Llegaron a las dos de la mañana a casa de Lorimer, a tiempo de ficharlo. “A las ocho en punto llegó el otro club y nos encontró tomando una taza de té con Peter Lorimer, ya jugador del Leeds”, recordaba Revie.

El secreto de Lorimer era su poderoso disparo. Una vez le midieron un lanzamiento de penalti a 107 millas por hora, unos 170 kilómetros por hora. Eso le ayudó a conseguir 238 goles en 707 partidos con el Leeds. “Lo tuvimos que frenar en los entrenamientos para que no lesionara a los porteros”, reconocía Revie. Era un disparo especial, con muy poco retroceso, lo que le hacía especialmente difícil para los porteros. “Cualquier cosa con la que Peter conectara dentro del área era inevitablemente un gol. Su precisión y potencia era tal que a menudo parecía que disparado demasiado cerca del portero”, decía el histórico mánager del Leeds. “Peter aterrorizó a muchos equipos en Europa y esa era nuestra arma secreta. Nunca habían visto nada como él”.

Lorimer, que fue internacional escocés y que marcó un gol contra Zaire en el Mundial de 1974, fue un aventurero. Cuando terminó su carrera en el Leeds no quiso retirarse y se marchó a Canadá para jugar en los Toronto Blizzards y los Vancouver Whitecaps. Regresó al Leeds con 37 años, cuando el equipo estaba en Segunda división y todavía le quedaron fuerzas para jugar una temporada en la liga israelí.

Con el Leeds ganó tres ligas y una copa inglesa, y alcanzó la final de la Copa de Europa, en la que cayó contra el glorioso Bayern de Múnich de Beckenbauer, Sepp Maier y Gerd Müller. Para llegar hasta ahí fue decisivo un gol suyo contra el Barcelona en las semifinales. También marcó en la final, pero el tanto fue anulado por fuera de juego de Billy Bremner, el hombre cuya lesión le había permitido debutar siendo sólo un adolescente.

Lorimer (Dundee, 14-12-1946) ha fallecido después de una larga enfermedad.