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«Ahora los aficionados van al campo y saben que vamos a ganar»

El presidente rojiblanco era de los pocos convencidos de que el Atlético estaría en la final de la Liga de Campeones

Enrique Cerezo disfruta de su mejor momento como presidente del Atlético de Madrid, a punto de ganar la Liga y en la final de la Liga de Campeones
Enrique Cerezo disfruta de su mejor momento como presidente del Atlético de Madrid, a punto de ganar la Liga y en la final de la Liga de Campeoneslarazon

Enrique Cerezo (Madrid, 1948) es un hombre feliz, pero prudente. El equipo que preside desde hace casi once años está a punto de ganar la Liga, la primera de este siglo, y ha llegado por segunda vez en su historia a la final de la Copa de Europa. Algo que era difícil de imaginar cuando hace catorce años la única exigencia para el equipo era regresar a Primera. Tiene motivos para estar orgulloso.

–Cuando ganaron el doblete hicieron un desfile por las calles de Madrid, pero usted no tiene a Imperioso. ¿Tienen prevista ya alguna celebración?

–Vamos a esperar. Todavía queda tiempo, no mucho ya, porque ante el Levante puede ser un golpe definitivo. Primero hay que ganar, pero el ambiente está muy enrarecido con declaraciones que no vienen nada bien al fútbol, posibilidades de todo tipo... Todo el mundo está bajo sospecha y teóricamente tiene que ser un partido normal, pero a lo mejor se convierte en un partido anormal.

–Imagino que se refiere a las declaraciones de Rubén, el jugador del Levante, que dijo que, si podían, le «joderían» la Liga al Atlético. ¿Qué pensaba al escuchar esas afirmaciones?

–Yo me imagino que cuando el río suena agua lleva. Y me parece que no es nada deportivo ni ético decir que va a joder a nadie para que no sean campeones, y sobre todo sin ningún motivo. Que lo diga alguien del Madrid o del Barcelona, que somos los tres que estamos en la lucha, me parece normal, pero que lo diga un jugador de un equipo que no se juega nada...

–¿Su experiencia le dice que hay primas a terceros en momentos como éstos?

–Yo nunca he tenido, en casi treinta años que llevo en el fútbol, ni noticias de que haya habido maletines. Yo solamente sé los rumores que ha habido, las investigaciones y los comentarios, lo que ha dicho la gente, pero yo personalmente no he vivido ninguna experiencia de éstas, ni a favor ni en contra.

–¿Esto hubiera sido posible sin Simeone?

–Ha sido un factor importantísimo. Desde el primer día se vio que había una unión importante entre la afición y el equipo con él. Él ha aprovechado esta unión y a partir de eso ha marcado unas normas, los jugadores se han sabido adaptar a esas normas y ésa es la clave del éxito.

–¿Es el símbolo del Atlético y su mejor portavoz?

–Yo he tenido la suerte de conocer a Simeone en su primera etapa como jugador, en su segunda etapa como jugador y ahora como entrenador. Y siempre ha sido un estandarte del Atlético de Madrid. Prueba de ello es que se marchó la primera vez y el público siguió coreando su nombre en cada partido. Volvió y coreó su nombre, se volvió a marchar y siguió coreando su nombre. Y ahora ha vuelto y siguen coreando su nombre. Tantos años no puede ser una casualidad. Cholo tiene un carisma muy especial para todos los aficionados del Atlético de Madrid. Él en el fondo siempre se ha sentido jugador del Atlético y tiene una gran ventaja, que la gente está con él.

–¿Va a continuar la próxima temporada?

–Tiene cuatro años más de contrato; me imagino que sí.

–¿Cómo llevan los rumores sobre la salida del entrenador o de jugadores como Courtois o Diego Costa?

–Lo que no me gusta es que exista una campaña de desestabilización al equipo. Hablar de todo esto, que si se va uno o se queda otro, o si hay ofertas por uno o por otro, no nos interesa. Entre otras cosas porque todos los jugadores a día de hoy tienen contrato en vigor y lo que no queremos es distraer la atención con estas cosas porque el entrenador se preocupa, el jugador se preocupa y todo el mundo se preocupa. Al final están a todo menos a lo que tienen que estar, que es a preparar bien los partidos, los pocos que nos quedan, y a terminar la «Champions» como la queremos terminar, que es ganándola. No es normal que, con una campaña como la que ha hecho el Atlético, en todos los partidos importantes siempre haya salido el tema de si éste se va o éste se va a ir. Y eso para mí es desestabilizar.

–¿Los premios recibidos por la Liga de Campeones pueden permitir que por fin el Atlético pueda retener a sus estrellas, le pueden dar estabilidad al equipo?

–Nosotros tenemos un presupuesto; lo vamos a cumplir y no vamos a gastarnos más de lo que ingresamos. Ésa es una política que se está haciendo muy bien en la Liga y en la UEFA. Es un control que hay que tener, sobre todo en momentos de crisis como el que está viviendo el país.

–¿Qué tiene el Atlético que no se puede comprar con dinero?

–Lo primero, la afición; luego, un historial de 111 años y la historia de lo que ha sido este equipo, lo que es este equipo y lo que será este equipo.

–¿Qué importancia tiene la afición en los éxitos del Atlético?

–Una parte importante. Siempre he dicho que el buen aficionado del Atlético de Madrid es el que sabe perder y ganar. Y pierde con categoría y gana con categoría, y es una cosa que pocos equipos pueden decir. Nosotros sabemos perder y ganar. Y este año hemos sabido ganar y, sobre todo, la afición se ha quitado una losa de encima. En los últimos tiempos, cuando ibas al campo nunca sabías cuál iba a ser el resultado. Ahora vas y sabes que vas a ganar. Pero la afición siempre ha estado con el equipo en los momentos buenos, en los momentos malos y en los momentos supermalos. Eso es de agradecer y por eso nosotros siempre la defendemos y estamos con ella, tanto nosotros como los jugadores.

–Lo que ha transmitido el Cholo es la seguridad de que el Atlético no va a fallar y de que el equipo va a competir.

–Desde que se pita el comienzo de la primera parte no hay ninguno de los once que salga a no perder el partido. Salen a jugarlo y a darlo todo por el equipo.

–¿Hubiera preferido al Bayern para vengar aquella derrota en la final de 1974?

–Siempre pensé que en la final nos iba a tocar el Bayern. Pero el Bayern no ha estado a la altura de las circunstancias en esta semifinal y ha ganado el Madrid, que es un gran equipo. Por supuesto, nosotros vamos a intentar ganarlo. Tenemos la ventaja de que los dos equipos nos conocemos lo suficientemente bien como para que pueda haber un gran partido. Luego, que decida la suerte y el que meta más goles, que sea el ganador.

–¿Qué recuerdos tiene de la final de 1974?

–El único recuerdo que tengo es que lo vi en blanco y negro. Eso y el famoso gol de Luis de falta. Y luego, por supuesto, el gol del empate. Del segundo partido, ni me acuerdo.

–Usted siempre ha parecido de los pocos convencidos de que llegarían a la final.

–Cuando se tiene el equipo que tenemos nosotros y ante un rival tan difícil como el Chelsea, podías verlo o no verlo, pero lo vi siempre. Y lo digo sinceramente. No me quedé tranquilo, aunque sabía que íbamos a ganar, hasta que nos marcaron el primer gol. Y lo digo con el corazón en la mano. Fue igual que en la final de Copa del año pasado. En cuanto nos metieron el primer gol, dije: «Ahora sí que vamos a ganar». Lo puede decir el que estaba a mi lado. Y eso es una cosa importante que da muestra de la confianza que, no sólo yo, sino toda la afición, tiene depositada en este equipo.

–Tienen la experiencia de la final de Copa del año pasado. ¿Eso anima?

–Cada partido es diferente. No es lo mismo una final de Copa que una final de la Copa de Europa. Ellos tienen más experiencia, han jugado ya doce finales, y para nosotros es la segunda experiencia y la primera no fue muy buena. Pero el fútbol es muy caprichoso y cualquier resultado se puede dar. Lo que deseo es ganar.

–¿Con qué detalle se queda del camino hasta la final de la Liga de Campeones?

–No es la primera vez, pero me quedo de manera especial con el gran ambiente que hay en la plantilla, entre todos los jugadores, entre todos los técnicos y entre todos los que rodean a la plantilla, médicos, fisios, utilleros... Da gusto verlos porque eso sí que es una gran familia.

–¿Es éste su mejor momento como presidente?

–Ha habido momentos buenos y momentos malos, pero en los últimos diez años es el mejor momento deportivamente.

–¿Se imaginaba estar aquí cuando el equipo descendió a Segunda?

–El descenso fue un asunto complicado, duro, difícil y muy especial porque en el último partido el entrenador del Oviedo era Luis Aragonés. En el último minuto nos pitan un penalti y el que no lo había fallado nunca, que era Hasselbaink, lo falló. Ese día nos fuimos a Segunda División por una serie de circunstancias anormales y que no vienen a cuento. Por otro lado si no hubiéramos fallado el penalti, nos hubiéramos salvado. Y lo falla el que había sido máximo goleador. Se dieron una serie de circunstancias que si las vas a buscar no las encuentras. Fue un palo muy gordo, pero el fútbol es así y la vida es así. Y de la misma manera que tienes esos momentos tienes otros como el que estamos viviendo ahora que te hacen ver los problemas con más optimismo.

–Algo habrá hecho usted como presidente para que el equipo esté a punto de ganar la Liga y en la final de la «Champions».

–En los seis últimos años hemos ganado muchos títulos, hemos dado muchas satisfacciones a la afición y yo creo que la afición sabe premiar el trabajo de todos los que estamos en el club, desde Miguel Ángel [Gil] hasta el último empleado del club.

–Hace tiempo que no se escuchan gritos contra ustedes.

–Todo es tranquilidad, pero el fútbol es como es y hay temporadas buenas y temporadas malas. Esperamos que cuando haya temporadas malas la gente sea comprensiva. Pasa en todos los equipos, el ciclo deportivo es corto. Si no, siempre ganarían los mismos. Pero el trabajo que ha hecho todo el mundo, desde Miguel Ángel Gil al último empleado, ha sido el mismo, la voluntad es la misma y el amor por el club es exactamente igual.

–Durante todos estos años, ¿alguna vez ha pensado en dimitir o en vender el club?

–Pensar en vender el club, nunca. Ni Miguel Ángel ni yo lo hemos pensado. Hemos hecho frente con todo lo que hemos podido a las dificultades económicas que hemos atravesado y hemos salido bien de todas. Dejarlo tampoco lo he pensado nunca. Nuestro trabajo, el de Miguel Ángel y el mío ha sido brillante, creo que hemos hecho lo que teníamos que hacer y no tenemos ningún motivo para querer dejarlo.

–¿Cómo está la situación con Hacienda?

–Está muy bien. Tenemos un convenio con ellos y vamos pagando los plazos que hemos convenido y no tenemos ningún problema. El fútbol debe unos 600 millones, según dicen, a Hacienda, y yo puedo decir que es una cantidad insignificante para lo que da el fútbol a la sociedad española. Eso no quiere decir que no se pague, que se va a pagar, pero es insignificante. Cualquier suspensión de pagos de cualquier empresa son cientos de millones y aquí estamos hablando de 600. Estamos cumpliendo, no sólo nosotros sino todos los equipos, de una manera perfecta con Hacienda, dentro de las dificultades económicas que estamos viviendo.

–¿Se ha acabado la leyenda del «Pupas»?

–Creo que la leyenda del «Pupas» hace mucho tiempo que todos los atléticos la tenemos desterrada. Antes llegabas al campo, jugabas contra el colista y decías: «Ya verás cómo éste me la lía» y al final teníamos mala suerte y nos la liaba. Ahora el público va a ver ganar a su equipo y la sorpresa es no ganar.