Alaphilippe, como Valverde

Julian Alaphilippe ha ocupado el lugar de Valverde antes de que se retire Valverde. Con el murciano vestido con el maillot arcoíris de campeón del mundo y enredado en otros asuntos, el francés disfruta de los lugares que más le gustan a Alejandro. Como la cuesta que llevaba a la meta de Gorraiz, un terreno marcado para especialistas como él. Por mucho que se empeñara el líder, Schachman, en tomar la cabeza o por más ganas que le pusiera el belga Lambrecht, ahí estaba Alaphilippe para superar a todos con una facilidad extraordinaria. Como si hubiera dos carreras, la suya, para superdotados, y la del resto de los mortales, que llegaron un segundo por detrás.

Todos no, porque Adam Yates, uno de los favoritos, se dejó más de un minuto y todas sus esperanzas por culpa de un pinchazo que aprovechó Astana para poner distancia. El equipo kazajo, con cinco españoles en la carrera, trabajó a bloque para eliminar al británico. Y consiguieron dejarlo a 1:11 al final de la etapa a pesar de la colaboración del Groupama. El terreno no era fácil para recuperar, con tramos de "sterrato"que convertía la tierra en barro. Astana trabajaba con la idea de que Omar Fraile estuviera por delante al final. "Iba por libre a ver si podía ganar la etapa, pero a 300 metros me he quedado encerrado. Y cuando cometes un error, te ganan. Queríamos intentar romper la carrera y nos ha salido perfecto. Sabíamos que era una etapa trampa y yo me lo he pasado bien. Estas carreras me encantan", asumía Fraile.

"He pasado el día mal. Sabíamos que iba a ser una etapa nerviosa", explicaba Mikel Landa al final de la etapa, descontento con su rendimiento aunque satisfecho por la ayuda del equipo, y esperando ya las dos etapas finales en las que debe decidirse la carrera.

Alaphilippe es ahora segundo gracias a la bonificación y Schachman mantiene el liderato. El francés no se ve en principio luchando por la general, pero no lo descarta. "Queda mucho, iremos viendo día a día", dice.