Selección Española
Amistoso mayúsculo
La campeona de Europa, y del mundo, fue mejor que el campeón americano. Cesc adelantó a España, empató Cristian Rodríguez y Pedro (2) remató a Uruguay
Sin delantero centro hasta el 3-1, cuando Negredo relevó al goleador (Pedro, 2), España se impuso al campeón de América en Doha, 27 grados de temperatura en invierno, cuando Platini quiere que se dispute el Mundial de 2022 porque en verano las temperaturas alcanzan los 51 grados.
Sin delantero centro hasta el 3-1, cuando Negredo relevó al goleador (Pedro, 2), España se impuso al campeón de América en Doha, 27 grados de temperatura en invierno, cuando Platini quiere que se dispute el Mundial de 2022 porque en verano las temperaturas alcanzan los 51 grados. En la portería española, Valdés, no Reina, y delante, el fútbol habitual. «La Roja» tiene un estilo, que impone, sean quienes fueren los intérpretes de la partitura.
Al comienzo, sombras azul celeste perseguían puntos rojos, libélulas que cambiaban de dirección a la velocidad de Campanilla. De un lado a otro del oasis, de la delantera a la defensa, toque tras toque hasta el gol. A los 16 minutos ganaba España a Uruguay porque era superior y porque Cesc, cuando disparó desde lejos, fuerte y al centro, encontró las manos de trapo de Muslera, inestimable colaborador.
El afortunado gol de ventaja provocó el reposo de los españoles y los uruguayos, fallones en defensa, arriba empezaron a ser una pesadilla protagonizada sobre todo por Cavani, más que Luis Suárez, y en la que el atlético Cristian Rodríguez adquirió en el minuto 32 papel estelar. Sólo tres minutos antes, a Puyol le anuló Al Marri, árbitro qatarí, el 2-0 por fuera de juego. Hubiese sido la culminación de su centenario.
Puyol ha entrado en el club de los 100; le aventajan Casillas (143 partidos internacionales), Andoni Zubizarreta (126), Xavi (119), Xabi Alonso (106), Raúl (102) y Fernando Torres (101). En el descanso le reconocieron el mérito y acto seguido le relevó Piqué.
El gol del empate uruguayo hay que achacárselo a la picardía del «Cebolla» y al desliz de Puyol, que perdió de vista al uruguayo y éste remató casi a placer, por debajo del cuerpo de Valdés, que ya se había jugado el tipo a los pies de Cavani poco después del 1-0.
En ocasiones, un equipo juega peor, o menos bien, porque el de enfrente le impide hacerlo mejor. Ocurrió en Mestalla durante el reciente Valencia-Barça. También ayer en el España-Uruguay. La campeona del mundo, y de Europa, dominaba la situación, pero con la pólvora de vanguardia sembraba el pánico. Sergio Ramos estuvo dos veces inspiradísimo al anticiparse para evitar males mayores. En el centro del campo, Busquets, Cazorla e Iniesta combinaban, triangulaban, jugaban, eran los «putos amos», pero a Mata, Pedro y Cesc les costaba filtrarse entre la poblada defensa americana. Alba, por la izquierda, y Azpilicueta (debutante), por la derecha, trataban de abrir el juego por las bandas, pero Cáceres y Pereira cerraban los huecos.
Las ausencias de Casillas, Xavi y Alonso no mermaban el potencial español, al menos en el aspecto creativo; faltó, sin embargo, intensidad con el marcador a favor. El amistoso nunca deja de serlo, y aunque en esta época «La Roja» se parece infinitamente más a sí misma que en las galas de verano, el 1-0 generó una confianza que los uruguayos amenazaron. El equipo de Tabárez sabe a qué juega y el título de campeón de América no es un adorno.
Con 1-1 empezó la segunda mitad; Villa entró por Mata y Piqué por Puyol. A los 51 minutos, Pedro, tras un error de Godín y una jugada que inició Busquets y continuó Piqué, demostró su pericia al batir a Muslera con un perfecto tiro cruzado, y de paso devolvió, con creces, la confianza que Del Bosque tiene depositada en él desde hace tiempo.
El 2-1 hirió el orgullo uruguayo y el partido dejó de ser amistoso. Jordi Alba se tomó la justicia por su mano, respondió a una tarascada con otra y el «fair play» dejó paso al «cuidado, no te pases ni un pelo». El árbitro actuó con diligencia, no permitió que los problemas pudrieran el partido, sacó unas cuantas tarjetas –a Ramos por acudir en defensa del lateral del Barça– e intentó recuperar el buen tono del comienzo.
A partir de ahí, más cambios. Isco por Iniesta y Mario Suárez por Cazorla. Otros dos debutantes, savia nueva para la Selección. Y un par de detalles: coincidieron estos relevos con el de Forlán por Cavani. El ex del Atlético y del Villarreal se saludó cariñosamente con Mario y con Cazorla. Primaba la deportividad, de nuevo; pero no aflojaban los contendientes. Llegó así, entre amagos de Luis Suárez, el segundo tanto de Pedro, que nació en él y él lo terminó, con la colaboración de Villa y Cesc. El triángulo azulgrana, de lujo.
El penúltimo cambio español, Negredo por Pedro, y el último, Monreal por Alba. Pudo marcar algún gol más España. Dejó detalles Isco, cumplieron Azpilicueta y Mario, Villa demostró que está recuperado, y que Del Bosque acierta al convocarle; Valdés es otro seguro en la portería y el estilo de «La Roja», único e irrenunciable, juegue quien juegue.
. Ficha técnica:
3 - España: Valdés; Azpilicueta, Sergio Ramos, Puyol (Piqué, m.46), Jordi Alba (Monreal, m.78); Busquets, Cazorla (Mario Suárez, m.70), Iniesta (Isco, m.60); Pedro (Negredo, m.75), Cesc y Mata (Villa, m.46).
1 - Uruguay: Muslera; Pereira, Lugano, Godín, Martín Cáceres; González (Matías, m.80), Diego Pérez (Arevalo Ríos, m.65), Lodeiro (Gargano, m.77), 'Cebolla' Rodríguez ('Chory' Castro, m.69); Cavani (Forlán, m.70) y Luis Suárez.
Goles: 1-0, m.16: Cesc. 1-1, m.32: Cristian Rodríguez. 2-1, m.51: Pedro. 3-1, m.74: Pedro.
Árbitro: Fahad Jaber (QAT). Amonestó a Busquets (22), Jordi Alba (56) y Sergio Ramos (56) por España, y a Diego Pérez (56) por Uruguay.
Incidencias: encuentro amistoso disputado en el Khalifa International Stadium de Doha, lleno, ante 40.000 espectadores. En el descanso la Federación de Catar homenajeó a Puyol por sus cien partidos.