Desapariciones

Así se está buscando a Blanca Fernández Ochoa en la montaña

Desde primera hora de la mañana 300 voluntarios participan en las tareas de rastreo.

Cientos de voluntarios participan en la búsqueda
Cientos de voluntarios participan en la búsquedalarazon

Desde primera hora de la mañana 300 voluntarios participan en las tareas de rastreo.

Última hora de la desaparición de Blanca Fernández: Confirmado que el cadáver encontrado es el de Blanca Fernández Ochoa

Dentro de las muchas incógnitas que rodean la desaparición de Blanca Fernández Ochoa, lo único que parecen tener claro investigadores y familiares es que la medallista olímpica está aquí, en esta zona de la sierra de Guadarrama. La hipótesis principal ahora es que ella misma llegara hasta el lugar e iniciara, ataviada con sus dos bastones, una ruta por el monte que tan bien conocía.

Uno de los hándicaps a la hora de la búsqueda es que se desconoce cuál haría ya que hay muchas que salen de este párking de las Dehesas, que va de Cercedilla al puerto de la Fuenfría. Una de las más conocidas es el camino Smith (parte del Camino de Santiago), carrera Siete Picos.

Según explican los agentes del Sereim (expertos en alta montaña de la Guardia Civil), una búsqueda de estas características se desarrolla de la siguiente forma. Por un lado, el servicio Cinológico (perros de rastreo), hacen batidas tres haber olfateado antes ropa, asiento del coche u otros efectos personales del objetivo de la busca, en esta caso, de Blanca. Por otro, además de los helicópteros de Policía, Guardia Civil y Gera (servicio de rescate en alta montaña de la Comunidad de Madrid) es importante la labor del Sereim. Son expertos en buscar a senderistas en lugares imposibles. Si la persona tiene cierto nivel de montaña, como era el caso de la mujer desaparecida, lo normal es que se busque en superficie a no ser que en la zona existan pozos y barrancos por donde se haya podido despeñar. En esta zona de la sierra de Guadarrama sí hay bastantes desniveles, por lo que se va sectorizando: sobre el mapa se dibujan unas cuadrículas y se explora con la certeza de que ahí no esté. Si hay un pozo o barranco, esa sima se baja. No se deja nada sin mirar.

Los profesionales ya están acostumbrados pero a los 300 voluntarios que desde primera hora de la mañana están participando en la búsqueda se les deja muy claro que si encuentran cualquier vestigio que pueda conducir al paradero de la mujer, no se toca ni se fotografía: se avisa al responsable del grupo que, a su vez, avisará a un profesional del dispositivo y procederá como corresponda (un agente de Científica y de Judicial valorarán el caso). Pero lo más importante es no correr más riesgos y no separarse nunca del grupo. Es decir, si alguien quiere cerciorarse de algún lugar concreto, el resto del grupo esperará, no ira avanzando.

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