Eurobasket

La excelencia como norma

La Selección disputará hoy en el Eurobasket su cuarta final de un gran torneo en los últimos cinco años. Torrens lideró otro recital ante Bélgica.

La Selección celebra el pase a la final del Eurobasket tras derrotar a Bélgica
La Selección celebra el pase a la final del Eurobasket tras derrotar a Bélgicalarazon

La Selección disputará hoy en el Eurobasket su cuarta final de un gran torneo en los últimos cinco años. Torrens lideró otro recital ante Bélgica.

España volverá a luchar hoy por una medalla. El equipo de Lucas Mondelo, las herederas de Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, la selección española femenina más sólida de la historia, volverá hoy a subir al podium de un gran campeonato. Será el oro o la plata en el Eurobasket, una de las competiciones que ha convertido a este grupo en legendario. Cuesta encontrar en el deporte mundial un bloque competitivo como el que forman las Laia Palau, Alba Torrens, Marta Xargay, Laura Nicholls, Sancho Lyttle, Anna Cruz... Son doce heroínas que por cuarta vez en los últimos cinco años se han clasificado para la final de un gran torneo. De la final de 2013 ante Francia, que terminó con el segundo oro continental, hasta la final de hoy otra vez ante las galas, este grupo no se ha cansado de hacer historia. Subcampeonas del mundo, subcampeonas olímpicas, bronce en el Europeo de 2015... ¡¡¡En los últimos nueve Campeonatos de Europa se han ganado ocho medallas!!! Ya lo dijo Lucas Mondelo: «Nadie como ellas sabe convertir lo extraordinario en normal».

Y para ello se necesitan actuaciones como la protagonizada ante Bélgica. Las belgas llegaban a la semifinal sin perder un partido. Con sus dos torres, Wauters y Meesseman, como las dos jugadores interiores más determinantes del torneo. Pues entre Sancho Lyttle, Laura Nicholls y Laura Gil se las merendaron. El éxito de España empezó con la defensa. Con el trabajo atrás de las grandes y la ayuda en ocasiones asfixiante de las pequeñas. Las gigantes belgas promediaban entre las dos más de 35 puntos por partido y más de una docena de rebotes. Acabaron con nueve puntos y desesperadas antes de que se llegase al descanso. Después de los dos primeros cuartos acumulaban más perdidas (5) que puntos (4). Ahí estuvo la clave del éxito de España. Las belgas se quedaron en 52 puntos, cinco más de los que la hiperactiva defensa española concedió a las letonas en cuartos de final.

Para que las belgas terminaran al borde de un ataque de nervios, España protagonizó otro arranque casi tan inspirado como ante Letonia. No fueron los 27 del primer cuarto ante las bálticas, pero fueron 20 y con una sensación de fluidez como si la cita fuera otro partido más. Quizá es que en realidad así era. Cuatro jugadoras terminaron con 3 o más asistencias en otro monumento al trabajo colectivo. Porque eso es España, si hay que matar por la compañera se mata. Nicholls y Lyttle lo entendieron como nadie. Sumaron en cada acción en la misma medida en que desactivaron a las dos principales amenazas belgas. Y caso aparte es Alba Torrens. La alero ha vivido una temporada complicada en el Ekaterimburgo. En el equipo más poderoso de Europa es una pieza más; en la Selección es la pieza. Sus recitales en los cruces no tienen desperdicio. Ante las belgas acabó con 20 puntos, 10 rebotes y 2 asistencias y eso que su aportación no fue necesaria en el último cuarto. Porque España mandó con tal autoridad (diferencias en torno a los veinte puntos) que Lucas Mondelo evitó que ninguna jugadora se fuese por encima de los 30 minutos. Hoy las necesitará a todas en la final.