Benzema y diez más

Hay futbolistas a los que un grito del entrenador o ver peligrar su puesto de titular les lleva a espabilar, y otros a los que la misma receta hace que las piernas les pesen el doble. Benzema está más cerca del segundo grupo que del primero y es uno de los futbolistas que más ha celebrado la llegada de Ancelotti al banquillo del Real Madrid. El francés es un chico tímido, de lo más introvertido, que en sus más de cuatro temporadas de blanco no se ha atrevido todavía a hablar en público en castellano. Su lenguaje corporal no es el más elocuente, y se ha ganado una reputación de ser poco trabajador en el campo que no se corresponde con las estadísticas, que le colocan como el cuarto de la plantilla blanca con más faltas cometidas en lo que va de temporada.

A Karim le costó adaptarse a la mudanza de Lyon a Madrid y la segunda temporada de Mourinho ha sido la mejor para él hasta ahora. El portugués siempre tuvo fama de gran motivador y dio con la clave para despertar a su delantero, aunque el año pasado volvió a bajar su rendimiento. Los métodos del nuevo técnico, más cercano al cariño y el apoyo público a sus futbolistas que al palo, le ha sentado bien a Benzema, que al saberse la primera opción en ataque ve la portería más grande que de costumbre: «Tiene confianza y está cómodo porque jugó muchos partidos y ve que es importante para este equipo», explica Ancelotti, que ha recuperado al francés haciéndole sentir que no hay dudas respecto a quién debe vestir el «9» en el equipo. El adiós de Higuaín acabó con la famosa comparación entre el perro y el gato, al tiempo que tanto el club como el cuerpo técnico le mandaban un mensaje para que diese un paso adelante.

El público del Bernabéu también se lo pedía, aunque de forma un poco menos «amable». La hinchada blanca nunca ha permitido gestos de desidia después de una pérdida de balón y al francés no le pasaban ni una. Algunos hablaban de un delantero sin gol, quizá porque, además de marcar, Benzema sabe hacer muchas más cosas. Es feliz participando en la elaboración del juego y le gusta retrasarse unos pasos y tirar paredes con los centrocampistas. Sería algo así como un «nueve y medio», con calidad para disfrutar fuera del área y una capacidad de remate a la altura de los mejores artilleros.

Ha encadenado tres partidos consecutivos marcando, y es el que más marca y remata en el Real Madrid después de Cristiano Ronaldo. Suma 11 goles en 21 jornadas de Liga, la misma cifra que firmó en los 38 partidos del campeonato pasado. Los números le dan la razón y las sensaciones, también. El Bernabéu vuelve a tratarlo con cariño y premia sus esfuerzos por ser el primero en iniciar la presión a la salida del balón del rival. Ancelotti nunca ha tenido una queja pública para él, al mismo tiempo que ha dejado que Zidane, encargado de la gestión de los futbolistas ofensivos, estuviera cerca de su compatriota. Jesé ya ha agradecido el trabajo de «Zizou» con los delanteros, y Benzema también se está beneficiando de los consejos a media voz de la ex estrella del Real Madrid y la Selección francesa. Allí, en los «bleus», también estuvo cerca de perder su sitio Karim, suplente en la ida de la repesca para el Mundial ante Ucrania.

Pero la confianza funciona con él y Ancelotti se la dio toda. Jugó completos los partidos de Liga en El Sadar y en Valencia: 180 minutos sin ver puerta, y en la siguiente jornada, el Celta resistía y ninguno de los sustituidos fue él, que abrió el marcador. Desde entonces, cuatro goles en seis partidos y hasta alguna sonrisa.