Copa del Rey

Betis

Gameiro hiela el Benito Villamarín (2-2)

El delantero francés cambió un partido que el Betis ganaba 2-0 hasta su entrada al campo: asistió a Cheryshev en el primer gol del Valencia y empató en la prolongación

Los jugadores del Valencia celebran el gol del empate ante el Betis anotado por Gameiro / Reuters
Los jugadores del Valencia celebran el gol del empate ante el Betis anotado por Gameiro / Reuterslarazon

El delantero francés cambió un partido que el Betis ganaba 2-0 hasta su entrada al campo: asistió a Cheryshev en el primer gol del Valencia y empató en la prolongación.

Kevin Gameiro salió del banquillo para, con un gol y una asistencia, empatar para el Valencia el partido que perdía 2-0 en el Villamarín y darle a los suyos una pequeña ventaja para la vuelta de la semifinal de Copa, que se disputará en tres semanas en Mestalla.

La partida de ajedrez planteada por Setién y Marcelino arrancaba con posiciones fijas, el clásico 4-4-2 bien apretado del asturiano y una superpoblación del centro del campo por parte del cántabro, que colocaba en el carril a Joaquín, normalmente segunda punta, para meter a Guardado escoltando a William Carvalho. El edificio bético, sin embargo, perdía su viga maestra a los diez minutos, cuando Bartra tenía que irse lesionado.

Este imprevisto noqueó durante algunos minutos al Betis, que se hallaba sin el líbero que empieza a armar su juego de toque, lo que aprovechó Parejo para surgir y liderar los mejores minutos del Valencia, que se pudo adelantar en dos ocasiones consecutivas conjuradas por un inspirado Joel. El portero bético sacó un remate cercano de Rodrigo, pleno de reflejos, y voló en el córner subsiguiente para impedir que entrase el cabezazo a bocajarro de Santi Mina.

Añoraba el Betis a Sergio Canales, su mejor futbolista, que apareció en el tramo final de la primera parte para llevar el balón al área levantina con un par de sus características galopadas en conducción. El cántabro está de dulce y llama a las puertas de la selección con jugadas como la que protagonizó junto a la banda derecha, tras la que puso un centro que a punto estuvo de convertir Guardado con una volea cruzada. La segunda ofrenda de Canales a sus atacantes sí acabó en gol. Un córner regalado por Gayá en la última acción de la primera parte fue botado en corto y metió una rosca pasadísima, que Sidnei recentró con la cabeza para que Loren empujase a la red.

Otro córner nada más empezar la segunda parte dobló la ventaja bética. Había rozado el empate el Valencia con un mal despeje de Javi García que a punto estuvo de entrar, pero lo que sí entró fue el córner directo de Joaquín. El genio detectó que Jaume Doménech no puso a ningún defensor en el primer poste y ahí le lanzó un misil casi raso que el portero despejó cuando ya era tarde.

Dos despistes en la estrategia habían desbaratado el plan de un Marcelino que, en todo caso, no había disimulado en absoluto su intención de que la noche transcurriese sin sobresaltos para hacer valer en la vuelta el peso de Mestalla. El destino, como sucede tan a menudo, castigó a los cobardes y obligó al entrenador a soltarse para buscar el gol que lo devolviese a la vida.

La entrada del supersónico Gameiro puso en guardia a todo el beticismo, que lo sufrió en su etapa en el Sevilla, y la primera intervención del francés acabó en gol, marcado por otro exsevillista, Cheryshev. Se encaraba un último cuarto de hora extraño, porque el 2-1 no satisfacía a los contendientes tanto como les molestaba la idea de encajar otro gol. Cavilaban los técnicos en el banquillo y transmitían sus dudas a la hierba, donde los jugadores atacaban sin convicción sin dejar de mirar de reojo hacia atrás, aunque Cheryshev rozó la igualada con un cabezazo al larguero en el último minuto en otra arrancada de Gameiro.

Al duendecillo todavía le quedaban arrestos para otra carrera, ya en el descuento. Descargó hacia Rodrigo y esprintó hacia el punto de penalti, adelantando a Sidnei y llegando justo a tiempo para empujar a la red el pase de su compañero. La ventaja del Valencia, exigua, de cara al partido de vuelta lleva su firma.