Mundial 2014
Cara a cara: ¿Es un escándalo que la FIFA no deje presentar a Luis Suárez?
La FIFA ha perdido la cabeza; por Quim Domenech
No es justo lo que le están haciendo a Luis Suárez. Le están tratando como si fuera un delincuente, un apestado. La FIFA se ha pasado tres pueblos. La última decisión de no dejar que el Barcelona ni tan sólo presente a su último fichaje es el último escándalo. De entrada, el jugador ya ha pedido disculpas, pero la sanción sigue intacta; nueve partidos y cuatro meses sin pisar un terreno de juego. Bueno, hay mucho más, ya que ahora van añadiendo excepciones al castigo. Que el jugador no pueda ni ser presentado con su nuevo equipo me parece un acto más propio de un sistema dictatorial. ¿Nadie va a poner un poco de cordura?
Merece ser presentado
Damián, no esperaba que pidieras justicia y compasión para un jugador que viste de azulgrana, pero sería un detalle por tu parte que, por un momento, no te dejaras llevar por los colores y reflexionaras sobre la crudeza de esta decisión. Suárez cumplirá la sanción, pero merece que como mínimo le dejen ser presentado. ¿A qué viene ahora esta prohibición? ¿Qué será lo siguiente, correr con grilletes y autoflagelarse con un látigo? Tú y la FIFA habéis perdido la cabeza, deberías invertir tus palabras en pedir que el TAS actúe inmediatamente y pare esto antes de que sea demasiado tarde.
El Barça está perdiendo dinero
No encuentro tus precedentes, no habíamos vivido jamás una cosa igual. Suficiente carga conlleva la sanción en sí para que ahora el Barcelona, que no tiene ninguna responsabilidad ni en el mordisco ni en el castigo, siga siendo perjudicado. Mientras se demore la presentación, menor venta de camisetas y, por lo tanto, menos ingresos. Además, la FIFA está transmitiendo la sensación de que el Barça ha actuado mal en algo y eso no es así. Basta de cebarse con el Barcelona y con Suárez. El jugador pagará por algo de lo que ya se ha arrepentido y el club tratará de mejorar deportivamente con él, pero que la FIFA se dedique a lo realmente importante y se deje de chorradas como ésta. Es un escándalo mayúsculo y hay que denunciarlo.
Para una vez que Blatter da ejemplo...; por J. Damián González
La sanción al delantero uruguayo Luis Suárez es una de las pocas cosas por las que la FIFA no merece ser criticada, y mira que sigue dando motivos casi a diario; lo último, ese regalo caciquil del Balón de Oro al argentino Leo Messi. El uruguayo cometió un error mayúsculo, un acto anómalo, ¡un mordisco, Quim, un mordisco! a un adversario y en un Mundial, ante los ojos de todo el planeta, de muchos aficionados, de muchos niños... Y eso va más allá de cualquier acción punible en un deporte de contacto como el fútbol. Sí, el organismo de Joseph Blatter, el infumable clon del entrañable Chiquito de la Calzada, es perseguible de oficio por muchas cosas, pero no por intentar dar un ejemplo e incluso ayudar a este chico uruguayo para que revise su conducta.
La tercera dentellada
El organismo jurídico del fútbol mundial esta vez ha seguido la línea marcada por otros que no tienen nada que ver ni con la FIFA ni con Joseph Blatter en persona. Te recuerdo que ya hay jurisprudencia en otros países porque Luis Suárez, con su dentellada al defensa italiano Giorgio Chiellini, fue reincidente, la tercera vez. Ya cuando jugaba en la Liga holandesa se le sancionó con siete partidos (dos de ellos que le impuso el propio Ajax), y en Inglaterra con diez cuando militaba en el Liverpool por otra mordedura, esta vez a Ivanovic, del Chelsea. Por eso la sanción es justa y todos los efectos colaterales que de ella se derivan, también.
Al Barça le crecen los enanos
Asistimos estos días a una especie de lavado de imagen del, por otra parte, gran delantero uruguayo, y una de las escenas más pintorescas iba a ser la de la presentación a bombo y platillo en Barcelona, para aprovechar de paso e intentar confundir aún más, por cierto, el elevado coste de su fichaje. Pero no va a ser posible. Al Barcelona, a tu Barcelona, Quim, le están creciendo los enanos (y los mordiscos) a su imagen por todas partes.
Y eso duele.
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