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Cara a cara: ¿Triunfará Benítez en el Real Madrid?

La Razón
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La undécima lleva su nombre; por Alfredo Duro

Y ya de paso, Carme, te adelanto que también será Rafa Benítez el que levante con sus jugadores la trigesimotercera liga del Real Madrid. Para que tú y los tuyos digáis treinta y tres a final de temporada hasta que se os quede grabado a sangre y fuego. Te recuerdo que Rafa Benítez, cuyo fichaje parece que te hace mucha gracia, ha triunfado allí donde ha entrenado. Ha ganado lo que se podía ganar en los equipos en los que ha entrenado. Lo ha ganado todo y en el Madrid no puede ser diferente. Aquí dispone de una plantilla descomunal que necesita tiempo para hacer del orden la garantía del éxito. ¡Ganará la Liga y ganará la undécima!

El equilibrio

Las críticas que a estas alturas está recibiendo Benítez son del todo injustificadas. No se sostienen porque llevamos cuatro jornadas de Liga y un partido de «Champions» y el Madrid los ha solventado sin recibir un solo gol. Ni uno. Ya no hablamos de un equipo que seguramente iba a mejorar en defensa sino que ha hecho del equilibrio y la organización en el campo una parte fundamental de su metodología. Sólo el Granada ha causado verdaderos problemas y casualmente ha coincidido con el partido que Gareth Bale se ha perdido por lesión. En muy poco tiempo, Benítez ha sabido encontrarle el sitio a un jugador que será un tanque de demolición.

El «Expreso de Cardiff»

Éste era el reto más importante y prioritario del entrenador del Real Madrid. Acabar definitivamente con el ronroneo en torno a la posición de Bale y hacer del galés ese «Expreso de Cardiff» que explote las infinitas posibilidades de su clase y su físico. Benítez se ganará pronto al vestuario porque se verán los resultados de la nueva exigencia táctica que el Madrid trabaja. Cristiano seguirá batiendo récords de goles y, gracias a las rotaciones y el inteligente manejo de los esfuerzos, el equipo no llegará exprimido a final de temporada. La plantilla ha ganado en equilibrio y Benítez ha dejado mudos con su apuesta por gente de la cantera a algunos de sus predecesores. Te lo repito Carme, Benítez es el hombre de la undécima y quien, hablando de Ligas, pronto te pedirá que digas treinta y tres.

Empezó mal y acabará peor; por Carme Barceló

Mi compañero Alfredo Duro le ha puesto las pilas a su bola de cristal del «todo a 1 euro» y asegura al otro lado de esta columna que Benítez acabará triunfando, poniéndole su apellido a la undécima y también a La Cibeles. Nadie le va a borrar los éxitos del currículum. Pero Florentino Pérez le trajo al Madrid de las glorias deportivas para añadir algunas más y desplegar un fútbol de babero. Repito, de babero. La pretemporada pasó con más pena que gloria, con sequía goleadora y un juego triste y de poco enganche emocional. Benítez vivió su aterrizaje en la capital en paralelo al adiós de Casillas, la renovación de Ramos y la llegada frustrada de De Gea. Y a él, con poca vista, sólo se le ocurrió meterse con Cristiano y plantear un fútbol ramplón. Empezó mal y los hechos apuntan a que acabará peor. No tengo una bola de cristal: tengo dos ojos, una pizarra y unos resultados.

La eterna prepotencia

El partido del sábado ante el Granada fue infumable. Lo miren por donde lo miren. Arbitraje al margen, el Real Madrid desplegó un juego espantoso. Lo peor es que saltaron al campo con aquella prepotencia del que cree que le va dar un baño al rival, un equipo modesto cuyo presupuesto es el equivalente al gasto de lavandería merengue. La misma falta de respeto que les llevó a apostar en su página web sobre cuántos goles le meterían al Granada por aquello del 9-1 de la temporada anterior. La vida, a veces, pone a cada uno en su sitio y de no ser por un colegiado tan nefasto como el juego del Madrid es probable que estuviéramos asistiendo a una grave crisis blanca.

Cristiano, como siempre

Dices, apreciado Duro, que Benítez acabará ganándose al vestuario. Pues va a tener que revisar su metodología porque sus comentarios sobre Cristiano no han sido un ejemplo de mano izquierda, precisamente. En agradecimiento, Ronaldo mostró en el Bernabéu su verdadera faz dedicando gestos malhumorados a Isco y a otros compañeros. Pero eso no fue lo peor. El drama es confirmar que el Real Madrid sigue sin tener un fútbol con marca propia y que sus porteros siguen señalando el camino. Tela.