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Alonso se aburre

Alonso se aburre
Alonso se aburrelarazon

Llevamos tantos años siguiendo las andanzas de Fernando Alonso que a algunos casi nos parece el vecino de toda la vida, ese del que somos capaces de interpretar su estado de ánimo por la efusividad del saludo o por la profundidad de la conversación mientras baja el ascensor. Con el piloto asturiano me pasa algo así cuando le veo hablando tras una carrera. Intuyo si está eufórico, rabioso, picado o aburrido, que es el caso de ayer.

Le vi aburrido y cansado de la Fórmula Uno. Hablaba y no sabía muy bien si el abandono se debía a la caja de cambios o a un problema de motor, añadiendo que el equipo igual tampoco lo sabía aún. Parecía que casi le daba igual, la verdad.

Hasta hace poco habríamos visto a un Alonso encendido y rabioso tras un abandono como el de ayer. Ya no. Y eso es lo preocupante, que pierda el fuego interior que le hace seguir peleando en busca de algo que casi parece imposible para él a día de hoy: volver a ganar.

Primer KO del año. Hay quien dirá que tan solo se trata del primer abandono del año, que el coche estaba siendo muy fiable hasta ahora. Y es verdad. Si algo ha ganado McLaren con Renault de motorista es en fiabilidad, pero poco más. El coche sigue estando muy lejos de los mejores y salvo catástrofe de los demás no parece ni siquiera que pueda aspirar al podio este año.

Es cierto que en Mónaco salía séptimo tras una buena clasificación y que de no haber abandonado habría terminado en la misma posición. «Buenos puntos», según Alonso. ¿Suficientes? Me temo que para Fernando no. La clave está en lo que dijo en la previa de esta carrera. «El año pasado estaba muy a gusto en las 500 millas de Indianápolis (por eso no corrió en Mónaco), teníamos todas las opciones de ganar.

Esa sensación no la puedo tener aquí», confesaba después del abandono de ayer...
Pues eso.