¿Es el fin del gran Nadal?

Es una evidencia, Rafa Nadal atraviesa por el peor momento de su carrera: desde el año 2005 siempre había ganado un título a estas alturas de la temporada. Catorce años e infinidad de triunfos después, el segundo mejor tenista de la historia «sólo» acumula este año una final en Australia y varias semifinales en su superficie predilecta, la tierra. Un botín exiguo para quien ha tiranizado junto a Federer y Djokovic los tres últimos lustros en el tenis. Si a esto le sumamos un buen número de problemas físicos y que los 33 años están a la vuelta de la esquina, pues surgen las dudas, las miradas aviesas y la siempre recurrente figura del enterrador de deportistas.

Los enterradores

Seamos claros: España es un país en el que gusta finiquitar carreras, dar por amortizado al ídolo, decir que fulano o mengano ya está de vuelta, que no va a dar más de sí y que lo mejor es que cierre la puerta sin hacer ruido y deje paso a los jóvenes. Lo de siempre aburre y se busca la novedad, aunque sea para ir a peor. Pero, viéndole jugar, estoy convencido de que Nadal aún no está para empezar a planificar la rueda de prensa de su retirada.

Los optimistas

Ante el griego Tsitsipas, doce años más joven, recordemos, vi a un Nadal luchador, físicamente entero y con el hambre de siempre. Ni lento, ni desmotivado, ni arrollado por la joven promesa que le acabaría derrotando. ¿Que no jugó muy bien la semifinal del Mutua Madrid Open? El primero que lo sabe es él, y así lo reconoció claramente pocos minutos después en la conferencia de prensa. Es ley de vida y algún día llegará el declive definitivo del de Manacor, pero pensar que este Nadal no va a volver a levantar un título importante me parece temerario. Rafa conserva tenis de sobra y pasión por su oficio para ganar a los de su generación y a los de la nueva, que nadie lo dude.

Al tiempo.