McLaren, bonito, pero no sexy

Fernando Alonso nunca ha sido capaz de disimular cuando le ponen un micrófono delante, es un libro abierto. Le ocurrió en la presentación de McLaren, donde su falta de entusiasmo denotó que ya sospechaba que el día de la marmota no sólo es la pesadilla de Bill Murray. Se avecina otro año difícil en la escudería británica. Y lo hemos comprobado día a día en «Jugones», donde se ha hecho un seguimiento especial a los primeros días de la pretemporada. Nada más arrancar el motor en los tests de Montmeló, problemas graves en el monoplaza. Fernando los tuvo con el depósito de aceite y Stoffel Vandoorne directamente rompió el motor y aún no saben (o no quieren decirlo) cuál es la causa. Un drama, vamos. El coche tiene pedigrí, luce espectacular con ese regreso al naranja clásico y las mejores manos están al volante, pero su corazón (el motor) aún no es fiable. Y estamos a sólo 20 días para que arranque la nueva temporada en Australia.

Para colmo, Ferrari

«Nunca dejé un equipo que los siguientes años fuera dominador. Me fui de Ferrari y nunca más ganaron», fue la pulla que lanzó Fernando hace unos días. Pues bien, este puede ser el año de los bólidos rojos. Están siendo la sensación de la pretemporada, por encima incluso de Mercedes. Vettel y Raikkonen parecen en disposición de luchar o incluso lograr el título, ese que Fernando no pudo alcanzar con los de Maranello. Y eso es algo que el orgullo de Alonso difícilmente puede soportar. Ver a los italianos ganando y él sufriendo para acabar entre los diez primeros no es un augurio descabellado visto lo visto. Pero aún falta tiempo, esta semana son los segundos y definitivos tests de pretemporada y, oye, un milagro puede ocurrir. Quizá el McLaren llegue a ser, además de bonito, sexy, como demandó Fernando. Es decir, rápido y fiable. Ya toca, señores de Honda.