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Juegos, no; Vuelta, sí

Contador, con dos roturas fibrilares y varias contusiones, estará cuatro semanas parado

El ciclista español Alberto Contador, durante la rueda de prensa
El ciclista español Alberto Contador, durante la rueda de prensalarazon

Contador, con dos roturas fibrilares y varias contusiones, estará cuatro semanas parado

«Con lo que tiene Alberto Contador, el tiempo estimado de recuperación es de cuatro semanas, de las cuales las dos primeras deben ser en reposo. Pero conociéndole, imagino que en una estará subido al rodillo». Quien habla es el doctor Manuel Leyes, que pronostica –con todo el acierto, seguro– que su paciente, al que acaba de diagnosticar un tratamiento, va a desobedecerle.

De quien habla el médico es del ciclista que está sentado a su lado en la sala de prensa de la clínica CEMTRO de Madrid, lejos, muy lejos de Francia, de Revel, donde debería estar subido en su bicicleta, como el resto del pelotón del Tour, y con un billete directo de París a Río de Janeiro. Pero no será ni lo uno ni lo otro porque, tal y como él mismo dejó entrever el domingo tras su retirada, Contador no podrá correr los Juegos Olímpicos. El chico de Pinto confirmó ayer por la mañana sus peores temores. Que los dolores por sus caídas son mucho más que simples molestias. Alberto sufre dos roturas fibrilares, una en el cuádriceps del muslo izquierdo y la otra en el gemelo de la misma pierna. Además de estas lesiones, también tiene numerosas contusiones, especialmente en el músculo deltoides. «El hecho desafortunado de que las roturas afecten al cuádriceps y al gemelo dificultan sobremanera el pedaleo. Para pedalear hace flexión plantar y le duele el gemelo, y si no lo hace tiene que utilizar el cuádriceps, y una porción de éste, que es el vasto, lo tiene roto, lo que le genera dolor y sobrecarga en el cuádriceps. Por todo esto tendrá que estar sin competir al menos durante cuatro semanas», subraya el doctor Leyes. «Las dos primeras son de reposo absoluto».

Él sabe que no le prestará demasiada atención. Le conoce bien. Hace dos años, cuando Alberto se cayó en el Tour, acudió a él. Le dijo que tenía la rodilla destrozada, que debía olvidarse de la temporada y centrarse en la recuperación. Pero Contador no quiso escucharle. En menos de dos meses volvió a colgarse un dorsal para ganar la Vuelta a España.

Dos años después, la maldición se repite. Contador ha tenido que tachar de su lista el Tour de Francia y ahora también los Juegos Olímpicos, donde iba a correr y a disputar las dos pruebas, la de ruta y la contrarreloj. «Podría llegar, pero lo haría en unas condiciones muy malas. Si voy es para intentar ganar, y con el diagnóstico del doctor es prácticamente imposible que lo haga. Es un golpe duro para mí, eran dos objetivos importantes y no podré luchar por ninguna», reconocía. Pero renuncia a hundirse en la tristeza y en la depresión. Nunca lo ha hecho. «Hay que ser positivo y pensar en la Vuelta, en prepararme lo mejor posible».

A su lado, Leyes intenta advertirle hablando a los demás, a una sala de prensa abarrotada cuando en realidad a quien le quiere hablar es a su paciente más rebelde. «A la Vuelta puede llegar, pero no sabemos si el estado será el más óptimo». Contador, a su lado, replica: «Espero llegar en buenas condiciones, confío en llevar un buen equipo y luchar por la victoria. Voy a ir a por todas». No quiere escuchar la voz precavida del raciocinio. Él siempre fue un rebelde que sólo escucha a su corazón. Eso que le hace único.