Ciclismo

Jaén

La Vuelta se desordena

GLeopold Konig, celebra su victoria en la octava etapa de a Vuelta Ciclista a España-2013
GLeopold Konig, celebra su victoria en la octava etapa de a Vuelta Ciclista a España-2013larazon

Venía la Vuelta ordenada, cumpliendo más o menos las previsiones, hasta que a Leopold Konig le dio por atacar. Del checo del equipo NetApp no se esperaba otra cosa que un buen trabajo como actor secundario, pero su ambición iba mucho más allá. «Había preparado este ataque», confiesa después de recibir el reconocimiento reservado a los ganadores. Y lo había preparado bien porque ese ataque suyo se llevó por delante las ilusiones de Igor Antón de recuperar su orgullo y el del Euskaltel, un equipo moribundo con muchas ganas de seguir viviendo.

Cuando lo intentó Igor, la memoria regresó a 2010, a sus exhibiciones en la cuesta de Valdepeñas de Jaén que hoy espera a los ciclistas, o en Andorra. Actuaciones que quedaron en nada por culpa de una mala caída camino de Peña Cabarga. Quería Igor, por él y por todos sus compañeros, también por Samuel Sánchez, al que ayer volvieron a fallarle las fuerzas. Antón se escapó a falta de cuatro kilómetros y medio para el final, con terreno suficiente para distanciar a Valverde y Purito, esprínters hambrientos cuando la carretera se empina. «Con ellos, esperar al final es complicado. Si espero, igual se va la oportunidad», explica. Se marchó y su fe en la victoria fue creciendo porque los metros pasaban y las diferencias no parecían reducirse demasiado. «Ha habido un momento en que lo veía lejos, pero al final pensaba que llegaba. Me han cogido a falta de 500 metros y no ha podido ser». Reconoce Igor que ese final en que la dificultad del puerto se suavizaba no le había venido bien. Era una llegada nueva, el alto de Peñas Blancas, la carretera por la que el torero José Tomás sube con su bici para mejorar su condición física y olvidarse del mundo, pero Igor la conocía, la había estudiado. Como Leopold Konig, el ganador, que se fijó en la rueda de Ivan Basso como la mejor manera para llegar a la victoria.

El italiano quiso demostrar ayer que ha venido para algo más que coger color en los brazos. Fue él quien rompió el grupo de los favoritos, el que castigó a Samuel con su ataque para que el asturiano acabara perdiendo 40 segundos. Pero también a Nibali, que se dejó 27 y perdió de vista a Valverde y Purito, que siguieron a lo suyo, esprintando, aunque fuera por la octava plaza. Ganó Valverde, como casi siempre, pero sin más premio que el orgullo y los ocho segundos que consiguieron recortar con respecto a Nibali.

«Ha habido un momento en el que me he quedado descolgado», reconoce el ganador de ayer. Porque en el grupo de los buenos no hubo tiempo para descansar desde que se comenzó a ascender Peñas Blancas. Antes de que atacara Basso, Cancellara y el Radioshack impusieron un fuerte ritmo para que Horner supiera qué rivales le esperan. Quiso marcharse un par de veces, pero terminó perdiendo cuatro segundos ante Valverde y Purito, aunque continúa segundo en la general que ahora lidera Nicholas Roche. Y entre los seis primeros aparece Haimar Zubeldia, al que nunca se ve, pero siempre está.