
Tour de Francia
Naufragio español en el Tour de Francia
Los abandonos por lesión de Carlos Rodríguez y Enric Mas y la falta de victorias lastran un Tour donde Iván Romeo, Raúl García y Cristian Rodríguez fueron lo más destacado

Como cada año, una vez acaba el Tour de Francia llega el momento de hacer balance. Ciclistas, equipos, todo el mundo echa la vista a las tres últimas semanas para sacar algunas conclusiones. Y, si lo hacemos en clave nacional, el resultado no puede ser más desalentador. El ciclismo español ha naufragado en las carreteras francesas en una carrera donde, desde la misma línea de salida, nuestros corredores han tenido un papel secundario.
Todo esto, por supuesto, tiene matices. Pero ya al conocerse la lista de participantes llegó el primer dato negativo. España pasaba de ser el tercer país más numeroso en 2024 al octavo, bajando de quince a diez integrantes. Cierto que, en los últimos años, la globalización ha llegado para quedarse definitivamente a este deporte, pero igualmente no es normal -o no debería- que países como Alemania o Australia, con mucha menor tradición ciclista, igualen al nuestro en presencia en la mejor carrera del mundo.
Acabada la carrera, los números son todavía peores. Los ciclistas españoles no han ganado ninguna etapa. Ni siquiera han estado cerca. Los que más arriba han acabado han sido Iván Romeo en la contrarreloj de la primera semana y Enric Mas en el Mont Ventoux, ambos séptimos. Mas, eso sí, estuvo destacado en cabeza durante buena parte de la subida al Ventoux e hizo soñar a la afición con un triunfo, aunque la falta de fuerzas y un dolor creciente en su pierna izquierda le impidieron ganar ese día y lo obligaron a abandonar dos jornadas después, en los Alpes.
Si nos fijamos en la general, las cosas no mejoran. El mejor clasificado ha sido Cristian Rodríguez, vigésimo, a más de una hora y media de Pogacar. Nunca habíamos tenido que bajar tanto para ver al primer español en todo lo que llevamos de siglo. Hasta ahora, 2022 era el peor año, con Luis León Sánchez como decimotercero en una temporada marcada por los abandonos al dar positivo en los tests de Covid. Más aún: quitando el 1998, año en que todos los equipos españoles se retiraron de un Tour marcado por el 'caso Festina', tenemos que remontarnos hasta 1981 para encontrar una edición en la que el primer español estuviese tan abajo.

Y ahora, tras los fríos números, el análisis. ¿Qué ha pasado? Pues la respuesta es compleja, pero se puede decir que ha habido un poco de todo. Desde ciclistas que han estado por debajo de su nivel a otros que han tenido verdadera mala suerte, así como debutantes que han rendido mejor de lo esperado aunque no luzca en los números.
Empezando por las dos grandes bazas de la general, Carlos Rodríguez y Enric Mas, también han sufrido una mezcla de falta de fuerzas e infortunio. Carlos empezó cruzado, perdiendo tiempo en los abanicos y luego creció en la segunda semana hasta meterse noveno en la general. Sin embargo, una caída aparentemente inofensiva lo acabó apartando con fractura de pelvis en la carrera. No salió el día del Col de la Loze. Y en esa misma etapa, Enric Mas, que hizo una primera semana esperanzadora y reventó en los Pirineos para luego renacer en el Ventoux, tuvo que bajarse por culpa de una flebitis en su rodilla izquierda.
En cuanto al resto, pues depende el caso. Ion Izagirre y Alex Aranburu han tenido un Tour muy por debajo de sus expectativas, en línea con el desastre de carrera que ha hecho el equipo Cofidis. Todavía el segundo de ellos asomó en alguna fuga, e incluso estuvo durante un rato peleando la victoria en los Campos Elíseos. Otra cosa parecida le ocurrió a García Cortina. No empezó mal, asomando la cabeza en algún sprint, pero cuando Movistar pudo correr a las fugas, casi no apareció.

Por su parte, Marc Soler sí puede celebrar algo en la carrera, aunque sea la victoria de su compañero Pogacar. En su línea, el catalán ha sido un buen corredor de equipo y ha estado cerca del esloveno cuando lo ha requerido. Pablo Castrillo (Movistar) cogió alguna escapada de nivel, pero estuvo muy lejos de poder rematarlas. También cerró una buena crono en Caen, décimo. Es su primer Tour, no se le puede exigir mucho más.
El mejor balance lo pueden hacer los dos ciclistas del Arkéa. Cristian Rodríguez tuvo que improvisar el rol de gregario de Vauquelin. Cumplió de sobra y cierra un Top20 que exige un nivel alto. Su compañero, Raúl García Pierna, debutaba en la carrera y ha dado sobradas muestras tanto de su compromiso con Vauquelin como de su bravura. Estuvo en varias escapadas de las que se cogen “por patas”. Rematarlas es otro cantar, pero tiene tiempo.
Otro que recibió el carnet de ciclista fue un Iván Romeo (Movistar) que tuvo un Tour más que notable. El mejor de los españoles. Sin embargo, la mala suerte también le impidió soñar con una victoria al caerse bajo la lluvia y dar con el pecho y la cadera contra un bordillo en la penúltima etapa en Pontarlier, cuando entraba en la fase decisiva. Aun así, logró acabar la carrera. También firmó un buen séptimo puesto en la crono de Caen.
En resumen: infortunios, gente por debajo de su nivel y algunos brotets verdes. Es con lo que habrá que quedarse de un Tour de Francia donde, para los ciclistas españoles, salió mal todo lo que podía salir mal.
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