Tour
Enric Mas se mete en la pelea en otra exhibición de Pogacar
El ciclista balear del Movistar Team entró séptimo en La Super Planche des Belles Filles y ya es noveno en la general. Segunda victoria consecutiva del líder esloveno
Primer tercio de Tour de Francia superado, y de momento las cosas no van del todo mal para Enric Mas y el Movistar Team. A excepción de la jornada inaugural en Copenhague, donde el mallorquín se dejó más tiempo del previsto, el resto de etapas se han salvado de manera notable por parte del equipo, y él mismo ha demostrado en primera persona que está para darse codazos con los más fuertes de la carrera.
Porque la Super Planche des Belles Filles es la subida que, en teoría, peor le viene por sus condiciones como ciclista. Un puerto corto, explosivo, con un esfuerzo de 20 minutos en los que un corredor «diésel» como él suele tener problemas para responder a los ataques de los rivales, más hechos a los cambios de ritmo.
Sin embargo, solventó el examen con nota. Enric, que empezó el puerto un tanto retrasado en el grupo de favoritos, pudo en cambio remontar y entrar en el kilómetro definitivo –sobre superficie de tierra compactada– en el grupo principal. Ahí viajaban Pogacar, Vingegaard, Roglic y el resto de favoritos. Sólo la rampa final al 24% de desnivel le hizo perder la rueda de sus acompañantes. Poco a poco y a su ritmo acabó entrando séptimo en la línea de meta a 21 segundos del ganador. Que fue, otra vez, Pogacar.
Son varias las etapas en las que el principal objetivo, que era salir vivos, se logra de forma solvente. Si el miércoles Movistar fue capaz de mantenerse junto a los mejores en la etapa del pavés, el jueves le tocó a Enric en primera persona remontar desde atrás en las dos cotas de meta tras un enganchón con Valentin Madouas. Y logró salir indemne tanto de la caída como de la etapa. Ayer, en la Super Planche des Belles Filles, corrió resguardado en el grupo de los mejores y llegó con ellos prácticamente hasta el final. No hay que olvidar que la gran baza y esperanza de Mas es precisamente su solidez y consistencia a lo largo de las tres semanas, hasta el punto de que suele tener sus mejores días en las etapas finales de cualquier gran vuelta. Por eso, se espera que a medida que avance la carrera se vaya encontrando cada vez mejor. La planificación, de hecho, pasaba por llegar un poco corto de forma a la salida del Tour para acabar fuerte en los Pirineos y la contrarreloj final. Por el momento ya ha logrado meterse en el Top10 de la general –se ha puesto noveno, a 1:43 del líder– y tiene el podio a medio minuto.
Pogacar contra Vingegaard
Un escalón por encima del nivel de Enric Mas, ayer se produjo una nueva batalla en la lucha por el maillot amarillo. Entre Pogacar y el que parece ser su máximo –tal vez único– rival en esta edición del Tour: Jonas Vingegaard. El joven danés desafió al campeón en la terrible rampa final, después de que Rafal Majka descompusiera el grupo y el propio Pogacar en primera persona se marcase una serie en cabeza buscando la meta.
Tras alcanzar a un desolado Lennard Kämna, que se quedó a 150 metros de culminar su escapada del día, Vingegaard pareció despegar a Pogacar por un momento, pero fue sólo un espejismo. En un final agónico, el esloveno le agarró la rueda, lo adelantó y terminó entrando vencedor en línea de meta –otra vez, segunda consecutiva– ante la mirada lejana del resto de candidatos.
Como era de esperar, esta primera cima iba a despejar algunas incógnitas más de cara a la lucha por la general. No fueron diferencias definitivas, pero sí se vio que hay un ramillete de siete corredores que se van a pelear las plazas de honor de la carrera. Además de los dos primeros, también están el propio Enric Mas, David Gaudu, Primoz Roglic –que tiene tiempo perdido– Geraint Thomas y Romain Bardet. Los perdedores del día fueron Nairo Quintana, a 51 segundos, y sobre todo un Vlasov que se dejó 1:40 y se acerca a la barrera de los tres minutos de desventaja en la general.
Sigue quedando mucha tela por cortar, pero de momento el ciclismo español tiene un aspirante a meterse en el «cajón» de París. Salvada la tensión de esta primera semana y a la espera de cimas que le beneficien un poco más, Enric Mas se ha metido de lleno, ya sí, en la lucha por el podio.
Laussanne promete otro final nervioso
Van tres días de locura, y todo apunta a que este sábado no regresará la tranquilidad. El Tour llega a Suiza, el tercer país de esta edición, con un final de nuevo nervioso en Lausanne. Una subidita de cuatro kilómetros con un poco de trampa, porque en la pancarta de dos kilómetros a línea de meta los ciclistas se encontrarán con un muro de 800 metros al 12% de desnivel antes de afrontar los metros finales. Habrá batalla otra vez por «rascar» unos segundos, y un descuido entre los que luchan por la clasificación general se puede pagar caro.
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