Tour de Francia

Tour de Francia

A la medida de Chris Froome

El equipo BMC, hoy, durante la crono por equipos del Tour.
El equipo BMC, hoy, durante la crono por equipos del Tour.larazon

El Sky se queda a un segundo de ganar la crono por equipos que se llevó el BMC y el keniano vuelve a meter tiempo a todos los rivales.

Cuarenta y cinco minutos bastan para entallar un maillot. Ayer por la mañana, cuando el Tour se desperezaba, cuando los ciclistas empezaban a subirse a las «cabras» para inspeccionar los 28 kilómetros de la contrarreloj por equipos en Plumelec, Chris Froome se encerraba en uno de los salones del hotel junto a un patronista y dos costureras. Su cuerpo está tan exprimido por las extenuantes jornadas de entrenamiento, los miles de kilómetros acumulados en sus férreas concentraciones donde apenas come algo, que está famélico. Le sobra maillot amarillo por todas partes, pero cada etapa que pasa, su liderato es más sólido. Por eso, el Tour tiene que hacer un jersey a la medida de Froome. De su talla gigante y su espalda huesuda. Y del dominio que, otra vez ayer en la crono por equipos, ha vuelto a demostrar.

En el Sky los ciclistas se preparan así: cuando se concentran en el Teide, salen a entrenar con el amanecer y no regresan hasta bien entrada la tarde, para evitar el horario de comida y pasarlo con un par de barritas y un gel. El objetivo es claro: aumentar el rendimiento a la vez que se baja de peso. Dos en uno. Ya lo dijo Froome antes de empezar el Tour. «Estoy tan delgado que cualquier cosa que como, como un plátano, siento el azúcar que me da. No tengo muchas reservas ahora».

Ése es el camino del éxito. Pasar hambre. Tanta, que a Froome le tienen que entallar a sus delgadísimos brazos donde fácilmente se aprecian las venas, el maillot amarillo entre las dos costureras y el patronista por la mañana. Tres cuartos de hora para ajustárselo y 32 minutos y 16 segundos para rodar hasta Plumelec, donde sólo el desfondamiento de Nicolas Roche impidió al Sky ganar la etapa. A los pies de la rampa de Cadoudal, la subida final, el equipo inglés tenía cinco segundos de ventaja sobre el BMC de Samuel Sánchez, que acababa de arrebatar el mejor tiempo a un brillante Movistar. Pero Roche, el quinto hombre del Sky, el que para el reloj en la meta, no pudo más. Reventó. Chris Froome bajó hasta su posición para animarle a dar el último esfuerzo, pero fue inútil. No pudieron conseguir el triunfo de etapa por un solo segundo. «Me siento culpable», dijo apenado después Roche.

No importa. La crono por equipos ha cosido un Tour a la medida de Chris Froome. A las puertas de los Pirineos, que llegarán mañana tras el primer día de descanso de hoy, el keniano blanco tiene ventaja con todos sus rivales. A Alberto Contador le sacó 27 segundos mientras que al «Tiburón» Vincenzo Nibali, 34. El que más cerca se quedó fue el colombiano Nairo Quintana, con su espléndido Movistar, un Alejandro Valverde entregado y sólo un pequeño desorden tras el paso por el segundo punto intermedio que los despistó. El ruido de los aficionados apostados en la cuneta les impidió por unos instantes escuchar las órdenes de José Luis Arrieta y la pérdida de concentración resultó ser fatal para haber luchado por ganar la crono por equipos. Eusebio Unzue, el mánager, se mostró satisfecho pese al despiste. Sólo tres segundos les separaron del BMC.

Peor está Joaquín Rodríguez. Su Katusha, con sólo siete corredores, sufrió para mantener agrupados a los cinco reglamentarios hasta el final y ya acumula casi cuatro minutos de desventaja con Froome. Demasiado castigo para «Purito» cuando todavía no se ha pisado la montaña. A ella llegará Contador con un minuto y tres segundos que recortar. Le sigue Quintana, con 1’59’’, y Nibali, a 2’22’’. Todos a la estela de Froome. Que ya tiene un maillot amarillo a su medida.