
Vuelta a España
La Vuelta: noventa años de una pasión
La carrera celebra su aniversario convertida en patrimonio nacional para los españoles

El 29 de abril de 1935 los corredores que completaron el recorrido entre Madrid y Valladolid de la primera etapa de la Vuelta a España no sabían que estaban poniendo la primera piedra de una parte del patrimonio nacional. Una carrera organizada por un diario –«Informaciones»–, igual que sucedió con el Giro y con el Tour, a la que se apuntaron 50 ciclistas que se citaron a las 6 de la mañana para echar a andar la historia.
Han pasado 90 años y la Vuelta lo celebra con un cambio de imagen presentado en un restaurante de la Casa de Campo como homenaje a aquella primera edición, y con el dato de que el 89 por ciento de los españoles la consideran patrimonio nacional. Y Javier Guillén, el director general de la carrera, encuentra los motivos: «Porque forma parte de nuestra historia, porque es el evento nacional más internacional que tenemos, porque es una imagen de país, porque el ciclismo forma parte del ADN de los españoles y porque habiendo solo tres grandes en el mundo, que una de ellas esté en España nos convierte en un auténtico patrimonio».
Son 90 años de historia de la carrera, pero la memoria es reciente. Apenas hay documentación de los primeros tiempos, a pesar de que el organizador fuera un periódico. Varias ediciones se suspendieron por la Guerra Civil e «Informaciones» desapareció. Queda más documentación desde que se hizo cargo de la carrera «El Correo Español-El Pueblo Vasco», como se llamaba en aquel entonces.
«Si me hablas del año 35 lo puedo entender», dice Guillén sobre esa falta de memoria. «Esa reflexión la podemos llevar a los años 50, a los años 60 incluso, a los años 70 y ya hay archivos. Yo en esto de la falta de historia o déficit de historia que podamos tener, lo que veo sobre todo es poca literatura. Es decir, yo creo que se han contado muchas historias en lo que es el ciclismo español y en lo que es la Vuelta y nosotros, comparado con otros países, tenemos poca literatura. Va habiendo, es verdad, pero estamos siempre buscando en referentes muy actuales», añade.
Esa falta de memoria se ha resuelto en los últimos años con libros como «Gustaaf Deloor, de la Vuelta a la Luna» (Libros de Ruta), del periodista Juanfran de la Cruz –un homenaje al ganador de la primera edición de la carrera– o «Historias de la Vuelta» (Ediciones JC), de otro periodista, Álvaro Calleja. De la Cruz es uno de los que más pasión ha puesto en conocer la historia de la Vuelta y en divulgarla y próximamente publicará un nuevo libro con el mismo sello «La Vuelta a España», en el que hace un recorrido por los 90 años y 80 ediciones de la carrera. «Hablamos poco de ciclistas como Berrendero, como el propio Bernardo Ruiz, que es todavía una leyenda viva, el ganador más antiguo de la Vuelta vivo, y eso es un poco lo que yo echo en falta», asegura el director general de la carrera.
Ha cambiado la forma, pero lo que no ha cambiado es lo que define a la Vuelta. «Para mí, sobre todo es pasión. Por eso hemos utilizado mucho ese lema», afirma Guillén. «La Vuelta trata sobre todo de ser una carrera muy explosiva, muy impredecible) y nosotros lo que hemos tratado, particularmente yo y la organización, entendemos que lo más importante del ciclismo es la épica, pero la épica del siglo XXI no puede ser igual que la épica del año 35. Ya no podemos tener esas etapas de 400 kilómetros, con días de descanso intercalados, con carreteras intransitables. Hoy hay otra épica», explica Guillén.
A esa épica contribuyen ciclistas como Pogacar, al que la Vuelta espera para este año. Confía en que, habiendo renunciado al Giro, complete su temporada con la carrera española. Vingegaard ya ha confirmado su presencia en la Vuelta, pero la organización espera que tenga rivales. Las leyendas no se hacen solas.
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