Atlético de Madrid
Cinco años con Simeone
El 23 de diciembre de 2011 el Atlético anunció su fichaje. Desde entonces, nada ha sido igual para el equipo rojiblanco.
El 23 de diciembre de 2011 el Atlético anunció su fichaje. Desde entonces, nada ha sido igual para el equipo rojiblanco.
Cuando el 23 de diciembre de 2011 el Atlético anunció a través de un comunicado la contratación de Diego Simeone como entrenador, nada era como ahora. El Atlético había ganado dos temporadas antes la Liga Europa, pero sufría todavía la resaca del descenso a Segunda y era incapaz de asentarse entre los grandes. Simeone no había aguantado más de año y medio en el mismo banquillo. Racing, Estudiantes, River Plate, San Lorenzo, Catania y, otra vez, Racing habían sido sus equipos en cinco años como entrenador.
Desde que el Cholo ha vuelto a casa, todo ha sido diferente. Simeone y el Atlético llevan juntos cinco años y les ha dado tiempo a ganar una Liga, una Copa y una Liga Europa, además de las Supercopas de España y de Europa. También ha perdido dos finales de la Liga de Campeones en tres años, pero el club sólo había jugado una en los 108 años anteriores. Simeone y el Atlético han crecido juntos en estos cinco años y los rojiblancos se han acostumbrado a ganar, aunque no consigan un título desde 2014. Ya es uno de los clubes de referencia en Europa.
Simeone no ha abandonado nunca la idea del «partido a partido» con la que llegó hace cinco años. Una frase que el club y los jugadores han adoptado como norma de comportamiento. El Cholo dejó dudas sobre su futuro después de la última final de la Liga de Campeones. «Es un momento para pensar», dijo. Y los cimientos del Atlético se removieron. Su contrato, que había ampliado hasta 2020, se redujo en dos años. Y las dudas crecieron.
«Vivo el partido a partido desde que llegué y no voy a cambiar. Siempre quiero hacer lo mejor para el equipo y para el club», decía el entrenador rojiblanco hace unos días, cansado de que le pregunten a cada momento por su futuro. «Parece que siempre hay que ir contando a la gente cosas lindas», añadía. Se refería a la necesidad que tienen algunos medios y algunos aficionados de escuchar de sus jugadores y de sus técnicos que su equipo es el mejor del mundo y que nunca lo abandonarán. Son los mismos que piden a los jugadores que besen el escudo del club en el día de su presentación.
Simeone prefiere ofrecer su trabajo, el que ha llevado al club a salir de la permanente crisis deportiva que vivía y, con ella, de la económica.
Simeone ha aportado valor al club y se ha convertido en su mejor representante. Nadie duda de su implicación con la entidad. Incluso cuando no estaba, el estadio seguía gritando el «Ole, ole, ole, Cholo Simeone» que se ha convertido en otro himno en el Calderón. Hace de animador desde el banquillo cuando ve que el estadio se apaga y ejerce de portavoz ante los medios.
El Atlético de hoy empieza en el Cholo y la duda es si también se acabará con él. Ha construido un equipo con su estilo personal, ha entrado en la cabeza de sus jugadores para convencerles de cuál es el camino. Y él mismo reconoce que necesita renovar el vestuario cada año, que lleguen futbolistas nuevos libres de prejuicios para llenarles la cabeza con sus ideas.
«Cinco años compitiendo, luchando, disfrutando y sintiéndome parte de este gran Atlético de Madrid», decía ayer en las redes sociales. Aseguraba Paulo Futre cuando era director deportivo del equipo en Segunda División que el problema del Atlético era que había personalidades que estaban por encima del club en ese momento. Se refería al presidente, Jesús Gil, y al entrenador, Luis Aragonés. Y quizás, a él mismo. Simeone se ha convertido en el escudo de la entidad sin que ello se haya convertido en un problema.
El Cholo tiene aún dos obsesiones: estrenar el nuevo estadio y convertirse en el primer entrenador que gana la Liga de Campeones para el club. Para ello, este año ha intentado que el juego del equipo dé un salto de calidad. Está convencido de que el futuro del equipo pasa por los pies de Koke. Lleva tiempo queriendo utilizarlo como medio centro. Es una propuesta que se hace cada año, pero siempre acaba encontrando un acompañante para Gabi que refuerce mejor la posición en el centro del campo. Este año volvió a intentarlo. Con Koke como organizador y jugadores más verticales por las bandas, el Atlético aprendió a sentirse cómodo dominando los partidos, algo impensable años atrás. Pero con las primeras derrotas llegaron las primeras dudas expresadas por el capitán, Gabi. «Con Koke en el medio somos más vulnerables», reconoció y Simeone ayudó a que las dudas aumentaran al situar a Tiago en el lugar que ocupaba el canterano. El Atlético se ha mantenido firme en Europa, aunque ha perdido fuerza en la Liga.
Pero nada puede borrar lo que ya ha conseguido el Cholo. No sólo los títulos. «El mayor éxito de Simeone es competir en igualdad con Real Madrid y Barcelona», decía Guardiola la temporada pasada antes de enfrentarse al Atlético en las semifinales de la Liga de Campeones el año pasado. Y lo ha hecho perdiendo jugadores cada año. Se fueron Courtois, Falcao, Diego Costa, Diego, Miranda, Filipe Luis –que regresó– y el Atlético sigue compitiendo. Mérito de Simeone.
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