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Fórmula Uno

La confesión de Fernando Alonso sobre su preferencia al pilotar

El asturiano reconoció una de las claves de sus hazañas

Despido bomba en la F-1: la FIA fulmina al archienemigo de Fernando Alonso
Fernando Alonso, después de una carrera@Aston Martin

En la Fórmula 1 moderna, donde la diferencia entre la gloria y la derrota puede medirse en milésimas de segundo, la adaptación del piloto al coche ha cobrado una importancia crucial. La temporada actual ha dejado múltiples ejemplos de cómo incluso los campeones más laureados pueden encontrarse en dificultades si no logran entender y explotar las particularidades de su monoplaza. Lewis Hamilton, con su reciente y compleja transición a Ferrari, o los constantes problemas que enfrentan los compañeros de equipo de Max Verstappen, evidencian que el talento no basta: hace falta compenetración técnica y mental con la máquina.

Y sobre esta cuestión habló uno de los pilotos más experimentados y completos de la historia reciente de la F1: Fernando Alonso. En una entrevista publicada por *Mundo Deportivo* tras el Gran Premio de Mónaco, el bicampeón del mundo compartió su visión sobre los estilos de pilotaje y cómo estos deben moldearse a las exigencias del coche, no al revés.

“Necesitas un coche bien equilibrado”, explicaba el asturiano. “Pero otro de los retos que tienes a la hora de conducir y que te gusta afrontarlo es que no hay ningún coche de carreras que esté perfecto”. Para Alonso, entender esta imperfección inherente a los monoplazas es parte esencial del arte de pilotar. “Siempre, cuando lo pones al límite, va a haber uno de los dos ejes que no va a estar tan bien como el otro. El coche siempre va a subvirar un poquito o sobrevirar un poquito. No hay ningún coche que vaya como un tren, sobre raíles, cuando lo llevas al límite”, reflexionó.

Esa capacidad de convivir con la imperfección, de forzar los límites del coche aun cuando no se siente cómodo, es lo que separa a los buenos pilotos de los grandes. En palabras del propio Alonso: “Ahí es donde tu capacidad de sobrepasar un poco los límites del coche e intentar forzar el tren que sea más débil te da esa satisfacción. Esa es la gracia de pilotar”.

La declaración no solo revela la mentalidad del español, sino que ayuda a explicar por qué, incluso en temporadas donde el rendimiento del coche ha estado por debajo de lo esperado, Alonso sigue destacando. Con un AMR25 que a inicios de año era considerado uno de los monoplazas menos competitivos, el asturiano logró mantenerse en la lucha por los puntos. Tras las mejoras introducidas por Aston Martin en Imola, Alonso ha conseguido colarse en Q3 en circuitos tan exigentes como Mónaco y Barcelona, sacando lo mejor del coche incluso cuando este no está a la altura de sus rivales más directos.

El contraste con otros pilotos también es revelador. Max Verstappen, por ejemplo, ha sabido dominar un coche extremadamente agresivo en el tren delantero, con una dirección tan sensible que ha desquiciado a todos sus compañeros de equipo en Red Bull. Checo Pérez, sin ir más lejos, reconocía años atrás que cuando pilotaba "a su manera" se sentía más cómodo, pero era más lento. Solo al adoptar el estilo que exige el coche –aunque le resultara más incómodo– conseguía ser más competitivo.