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Fútbol
La contundente respuesta de un tertuliano de "El Chiringuito" al Balón de Oro: "Hay que ser justos..."
El periodista se mostró muy sincero con su reflexión

El Balón de Oro 2025 ya tiene nombre y apellido: Ousmane Dembélé. El extremo francés, pieza fundamental en una de las temporadas más exitosas de su carrera, fue reconocido por la revista France Football como el mejor jugador del mundo. Una decisión que, como suele suceder con este galardón, ha generado controversia, sobre todo por la candidatura de Lamine Yamal.
El periodista Edu Aguirre salió a dar la cara por Dembélé. “Ganó todo, marcó goles en los partidos importantes, dio asistencias, jugó el Mundial de Clubes… hay que ser justos: se lo merece más que Lamine. Si fuera al revés, estaríamos diciendo que el Balón de Oro era de Lamine”, explicó el periodista en 'El Chiringuito', defendiendo la lógica detrás del premio.
El Balón de Oro no se entiende sin resultados colectivos, y en este apartado Dembélé lo conquistó absolutamente todo. Su equipo se llevó la liga doméstica, la Champions League y el Mundial de Clubes, siempre con el francés como protagonista en momentos determinantes. No solo fue regular durante todo el curso, sino que supo aparecer cuando más se le necesitaba.
Los goles en eliminatorias europeas, las asistencias en finales y su desequilibrio constante convirtieron a Dembélé en un jugador imposible de ignorar. Fue el arma diferencial en partidos de máxima tensión, ese tipo de futbolista que puede romper defensas con un regate y cambiar el rumbo de un encuentro.
Es cierto que la temporada de Lamine Yamal no pasó desapercibida. Con apenas 18 años, el joven español irrumpió con fuerza en el panorama mundial, dejando actuaciones memorables y proyectándose como el heredero natural de la próxima generación. Su madurez futbolística, impropia de su edad, lo convirtió en uno de los principales candidatos al Balón de Oro.
Sin embargo, la comparación directa con Dembélé deja claro que todavía existe una diferencia clave: el peso en los títulos. El francés no solo fue determinante, sino que levantó todos los trofeos posibles. Aguirre lo resumió con contundencia: “Si los papeles se hubieran invertido, nadie dudaría en darle el premio a Lamine. Hay que reconocer que esta vez Dembélé hizo más méritos”.
El Balón de Oro también tiene un componente simbólico. En el caso de Dembélé, el premio sirve para reconocer su capacidad de superar las adversidades. Durante años, el francés fue cuestionado por las lesiones y la irregularidad, pero en esta temporada mostró su versión más completa y madura. Supo transformar las críticas en motivación y, finalmente, se colocó en la cima del fútbol mundial.
Su historia es la de un jugador que nunca renunció a su talento y que, con esfuerzo y determinación, alcanzó el reconocimiento más prestigioso a nivel individual. Este Balón de Oro no solo refleja estadísticas, goles y asistencias, sino también la consolidación de un futbolista que aprendió de los golpes y supo reinventarse.
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