LaLiga Santander
Cristiano empieza a contar
«Era importante que hiciera el primero», aseguró Zidane después del estreno del portugués en Liga. Sergio Ramos tuvo que ponerse suero para poder jugar.
«Era importante que hiciera el primero», aseguró Zidane después del estreno del portugués en Liga. Sergio Ramos tuvo que ponerse suero para poder jugar.
Hubo una jugada en la que el balón fue al segundo palo de la portería del Getafe y, tras un barullo, salió hacia el poste contrario. Allí estaba Cristiano Ronaldo, que sólo tenía que empujar la pelota para romper el empate y quitar al Madrid los nervios y los miedos. Pero la lanzó fuera, inexplicablemente fuera, con el interior del pie, tan cerca de la portería que hacer lo que hizo parecía lo más complicado. Durante unos segundos el portugués estuvo agarrado a la parte posterior de la red, con la cabeza baja, probablemente dando vueltas a lo que había sucedido y a que era la jornada ocho, que no había marcado (aunque no ha disputado cuatro encuentros), que llevaba 28 remates en el campeonato y que un empate no le valía para casi nada al Madrid en un día en que se enfrentaban el Atlético y el Barcelona. Había marcado en Champions, en la Supercopa y con la selección portuguesa, pero llevaba 355 minutos en Liga sin suerte: «Era importante que hiciera el primero. Desde ahí vamos a ver, pero estoy contento por él y por Benzema», explicaba después Zidane, que desde Cardiff no los había podido juntar en el campo.
Cuando el Madrid empezaba a desesperarse, con Isco moviendo la pelota y el Getafe jugando con cinco defensas, Ronaldo fue a retrasarse para buscar la pelota al pie, pero era un amago para pedir un balón en profundidad. «Entramos peor en intensidad en la segunda parte. Luego cambiamos el dibujo y encontramos el hueco con el pase de Isco y el primer gol de Cristiano Ronaldo», explicaba el entrenador francés. Ya había hecho los tres cambios, había quitado a Benzema del campo para dar entrada a Mayoral. Necesitaba un gol. Y llegó: «Sabemos lo que Cristiano puede dar al Madrid. Tiene mucho crédito por todo lo que ha hecho por el Madrid y sabemos que cuando tiene que estar, está», contaba después Marcelo.
Cristiano Ronaldo se pasó todo el encuentro, como siempre, desmarcándose, pidiendo la pelota y desesperado cuando sus compañeros no se la daban. Y cuando sí se la pasaban y no tenía opción de tiro, su primera opción era buscar a Benzema. Le dio tres taconazos, dos de ellos perfectos; el tercero le salió al revés. Antes, en la primera mitad, el francés le había buscado para dejarle una pelota después de un malabarismo. El tiro raso y fuerte de Cristiano lo paró abajo y bien Guaita.
No perdió los nervios el portugués ni tampoco sus compañeros, que ya han comprobado en esta Liga que las prisas no ayudan a pensar. «Era cuestión de tiempo que Cristiano Ronaldo metiera el gol. Aparece al final, nos da los tres puntos y seguro que está muy contento», decía Lucas Vázquez. Era la jornada ocho de Liga, el primer tanto de Ronaldo en ella y, sin embargo, el banquillo, con Marcelo a la cabeza, saltó a lo loco para celebrarlo. «Equipo», escribió CR después en Twitter, con la foto de todos los compañeros abrazándole. Su gol daba la decimotercera victoria consecutiva al Real Madrid fuera de casa en Liga, un récord, y tranquilizaba a un equipo que sabe que no puede despistarse pese a que esto acaba de empezar y que pelea contra las bajas continuas. Por ejemplo, en defensa. Zidane dio descanso a Varane para no forzarle y sólo tenía dos centrales, Nacho y Sergio Ramos, que se pasó toda la mañana vomitando, «pero no tenía fiebre», contó después Zidane. Le pusieron suero y el capitán del equipo blanco jugó aparentando que nada pasaba.
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