Espanyol

El «Fideo» encuentra el equilibrio

Di María intenta frenar el avance del delantero españolista Jhon Córdoba, ayer en Cornellà
Di María intenta frenar el avance del delantero españolista Jhon Córdoba, ayer en Cornellàlarazon

Hubo mucho más en Cornellà para el Madrid que el gol de Pepe. Fue una tarde sin sobresaltos para un equipo que no se partió ni una sola vez por el medio, uno de los males que más preocupa a Ancelotti. Mucha posesión de balón y sólo una parada sin dificultad para Diego López, porque el Espanyol nunca encontró la forma de encontrar espacios a la espalda de los tres centrocampistas. Porque «Carletto» situó a Di María junto a Modric y Xabi en lo que fue la mejor actuación del argentino unos pasos más atrás y más centrado que de costumbre. El trabajo del «Fideo» ayer no era desbordar por los costados ni arrancar de forma eléctrica. Se dedicó más a cuidar la espalda de Marcelo, ir a la presión junto a alguno de los delanteros o regresar incordiando al españolista que intentaba armar la jugada de los locales. Fue otro Di María, menos chispeante, pero muy efectivo en la búsqueda de la tranquilidad. El Real Madrid pudo ganar por más goles si Cristiano hubiera estado más afinado, pero es complicado imaginar cómo habrían conseguido los de Aguirre el gol del empate. Fue un partido muy convincente en lo colectivo de los blancos, que no dieron ninguna opción a la sorpresa. A pesar de lo ajustado del marcador nadie necesitó pedir la hora, ni hubo necesidad de paradas asombrosas como la que Diego López le hizo el Día de Reyes a Charles en el Bernabéu. El guardameta llegaba debilitado por un virus estomacal, finalmente pudo jugar y sus compañeros le premiaron con un día de lo más tranquilo, por si no estaba a tope de energías.

El Madrid no falló en el día marcado en el calendario para recortar su desventaja con los dos primeros y se mantiene a la espera de su momento para entrar de lleno en la lucha. Xabi pudo completar los 90 minutos sin molestias en el tímpano y Jesé tuvo otros 15 minutos para seguir creciendo. Esta vez no hacía falta que revolucionara el partido, su equipo lo tenía bajo control.