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Europa, aquí está Rodrygo

Rodrygo celebra su primer gol al Galatasaray
Rodrygo celebra su primer gol al Galatasaraylarazon

Hay jóvenes (y también veteranos) que cuando se ponen la camiseta del Real Madrid sienten vértigo y toda la presión de repente. Lo contó Marcelo, un futbolista con mil batallas, cada vez más frágil por cierto: a veces te atrapa la ansiedad y hay que saber aceptarla. Pero si eres joven, si acabas de llegar y te enfrentas al Santiag oBernabéu, lo más fácil, lo más lógico es que no puedas con ella. No es lo mismo ser un joven talentoso, un futbolista con mil promesas por cumplir, que seguir siéndolo de manera constante ya en el Bernabéu. Muchos futbolistas de la cantera o fichajes estrellas no han podido con eso. Otros, en cambio, superan el primer contacto, se crecen con él, dejan su huella y ya no hay vuelta atrás en su carrera. Hacen, en fin, lo que se últimamente se ha etiquetado como tirar la puerta: perder el respeto a las jerarquías, al ambiente, a la responsabilidad y a la encrucijada. Ser como Rodrygo.

El brasileño se ha subido al primer tren sin miedo, con esa facilidad que tienen los que han nacido con estrella y, además, han sabido cultivarla. Rodrygo llegó este verano con cara de niño, sin sitio fijo en el primer equipo ni en el Castilla y ahora a ver quién le quita de la banda derecha. No va a ser Vinicius, otra vez fuera de la convocatoria, no va ser Lucas Vázquez, que ha perdido el papel que tenía en este equipo; ni tiene pinta de que vaya a ser Bale. No, ninguna pinta. Ya no hay indiscutibles en ese lado. O sí, sí lo hay: es Rodrygo, ha cruzado la frontera.

Cada partido que juega deja algo, porque es un futbolista con muchas variantes: es un gran extremo con desborde y buen pie, pero está demostrando que tiene alma de delantero centro también. Si uno de los males del Real Madrid ha sido que sus hombres de ataque no llegaban con frecuencia al gol, Rodrygo parece dispuesto a suplir eso. Marca con facilidad y no se entrentiene cuando llega a zonas de peligro porque es brasileño, pero no barroco. Es decir, hace lo más simple y lo mejor, lo más rápido para llegar a gol. Hizo los dos primeros (y el último) contra el Galatasaray y después dio el cuarto a Benzema tras robar un balón. Cuando se llegó al descanso del partido, sumando el tanto de penalti de Ramos, el Real Madrid ya llevaba cuatro y había decidido el partido. Sin sobresaltos, sin problemas esta veaz, feliz en Europa. Un agobio menos con el que pelearse. Ahora la clasificación está a un paso. Queda por que el PSG de Mbappé visite el Bernabéu y después resolver todo en Brujas.

Hace quince días todo eso sonaba como una montaña gigantesca, como un esfuerzo que incluso superaba a este equip. Ahora ha cambiado la perspectiva radicalmente.El Galatasaray no opuso resistencia a la frescura del Real Madrid. Una cosa ha cambiado: ahora contra rivales más débiles el conjunto de Zidane no sufre. Ha habido días que cualquiera le hacía frente. Ahora el Madrid no da esa sensación de fragilidad, de que cualquier advesidad le hace correr un escalofrío por la espalda. Ha ganado confianza; el siguiente paso tiene que ser conseguir la regularidad. Puede que en los cambio de registro que tiene es equipo influya el rival o que sea más cosa del propio Real Madrid, de por ejemplo, lo que le da Valverde en el centro del campo. Su titularidad ayer por delante de Modric sí que empieza a ser significativa. El croata aún está para muchas batallas, pero ahora el equipo se siente más joven y más vivo con lo que le da Valverde.

Pasó el Madrid por encima del rival en una primera parte donde todo funcionó. Se empiezan a ver cosas que antes no se veían: a un Hazard cada vez más constante dejando regates por todas las zonas del campo, por ejemplo. También se vio a un Marcelo jugando más cerca del área rival, hasta que se lesionó. Mendy no tiene su clase, pero va sobrado de ímpetu. Fue tal el partido que hasta Casemiro tuvo tiempo de descansar. La segunda parte perdió intensidad y Zidane aprovechó para dar minutos y descansos. Modric salió y Valverde hizo de mediocentro, en una combinación que se puede repetir algún día, para que Casemiro se vaya tomando respiros. También salió Isco, para que pueda disfrutar de minutos. Benzema aprovechó para hacer otro gol porque está en racha. Es de los que más cuida de Rodrygo, el futbolista que ha hecho pedazos la puerta.