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Entrevista con Scariolo: "Estar en los Juegos sería un triunfo extraordinario"

Scariolo posa para la entrevista de LA RAZÓN
Scariolo posa para la entrevista de LA RAZÓNlarazon

Sergio Scariolo (1-4-1961, Brescia) está inmerso en su octavo verano con la selección. Lo hace por primera vez como campeón de la NBA, como entrenador ayudante de los Toronto Raptors, donde además Marc Gasol fue una pieza clave en la pista. El billete para los Juegos de Tokio que se disputan el próximo año y conseguir su primera medalla mundialista son los desafíos para la próxima Copa del Mundo, que se disputa en China desde el 31 de agosto hasta el 15 de septiembre. De todo ello habla en esta entrevista con LA RAZÓN.

–¿Dónde celebró más intensamente el título de campeón de la NBA en Toronto, Las Vegas, Marbella, Formentera...?

–Poco en todos los sitios porque no soy muy de celebraciones. El desfile en Toronto fue increíble. No había visto en mi vida tanta gente y tanta gente que quiere interactuar, que me hablaba en castellano o en italiano en las calles... fue brutal. Lo demás ha sido en grupos más pequeños de amigos.

–Nada más llegar a la NBA confesó en LA RAZÓN que había descubierto que se podía vivir con cinco horas de sueño...

–Me he adaptado. El inicio fue muy, muy duro porque me di cuenta de que no estaba a la altura. No tanto en el juego como en lo que rodeaba el juego a nivel de actuación en la cancha, en la sala de vídeo, de comunicación, de siglas, de tecnología... Tardaba el doble de tiempo que algunos compañeros que en teoría estaban detrás de mí.

–Y, ¿cómo lo superó?

–Te aguantas, aprietas los dientes porque todo son facilidades a la hora de trabajar, pero al mismo tiempo cada uno es responsable de lo suyo en un ambiente muy competitivo en el que tienes que asegurar una prestación y tirar para adelante. Y si hace falta echarle más horas, se le echan y si hay que quitar horas de sueño, se quitan horas de sueño. Ahora todo esto se ha visto compensado de sobra a partir de enero, cada vez he estado más cómodo y cada vez he tenido más impacto en lo que hacíamos. A pesar de hablar bien inglés, los tiempos de comunicación y actuación te marcan mucho cómo puedes entrenar.

–¿Le ha sorprendido el nivel de exigencia?

–La cuestión era yo, no era el nivel. Ningún entrenador europeo está preparado para ser primer entrenador en la NBA directamente. Es imposible. En el rol de segundo entrenador también hace falta una adaptación, pero que es factible. No se trata de empezar a escribir jeroglíficos, se trata de echarle horas.

–¿Cómo se digiere que después de ganar el título la estrella del equipo, Kawhi Leonard, abandone Toronto Raptors?

–Fue un golpe, una decepción, porque teníamos optimismo en que pudiese quedarse. Esperamos porque no hay la posibilidad de jugar con dos barajas, pero en la NBA hay una visión a largo plazo mucho más marcada que en Europa. Tras haber ganado un título no hay una urgencia de un resultado inmediato al año siguiente. Ahora se trata de competir el año que viene y como tenemos un equipo muy joven y con tres veteranos que terminan contrato queda una hoja en blanco para ver cómo se desarrollan las próximas temporadas.

–El mantra en Toronto era llegar vivos a junio, y terminaron ganando: ¿cuál es el de la selección?

–Hay que estar bien cuando realmente hay que estarlo. No se trata de ganar todos los partidos, eso es una insensatez, porque puedes hipotecar lo que suceda en el futuro. Hay que estar bien cuando llega la hora de la eliminación directa. En la segunda fase del Mundial, no son partidos de dentro-fuera, pero ya sí tenemos que alcanzar un buen nivel de competitividad.

–Con Nick Nurse, su jefe en Toronto y seleccionador canadiense, ¿ha hablado algo del Mundial?

–Sí, sobre todo al final. Estamos en contacto y ahora está un poco fastidiado porque se le han caído varios jugadores importantes, pero qué me va a decir a mí.

–La primera fase (Túnez, Puerto Rico e Irán como rivales) permitirá al grupo ir creciendo, como a usted le gusta...

–Hay que llegar con un nivel aceptable porque nadie regala nada, pero habrá una progresión de sistemas, de minutos y de empleo de jugadores mirando siempre más allá.

–¿Ha traído cosas a España del año en Toronto?

–A nivel de método de trabajo tantos años de frecuentar la NBA como observador externo ya habían tenido influencia. No ha habido un cambio radical. Con la nueva estructura del equipo, habrá alguna situación nueva que vamos a incorporar porque he visto sentirse cómodos sobre todo a los jugadores NBA. Es algo que nos puede hacer algo más imprevisibles.

–¿Ha cambiado su relación con sus segundos entrenadores en la selección?

–No. Siempre he mantenido un nivel alto de exigencia, de confianza y de delegar. Me he dado cuenta estando al otro lado que es el camino correcto. En Toronto me he beneficiado de tener que trabajar mucho, de tener responsabilidad donde se planifica. Me encanta haber echado más horas para haber tenido una presencia cada vez más alta en el equipo.

–A tres semanas para el arranque del Mundial, ¿qué motivos de optimismo ofrece la selección?

–Hay un grupo que tiene una muy buena predisposición para darlo todo, para poder competir, jugar juntos y enseñar los mejores valores de este equipo que son los mejores valores del deporte en equipo. Hay cierta cantidad de talento y los huecos que se generan por los que no están serán ocupados por cambios de roles en otros jugadores que implican más responsabilidad.

–En el paso al frente que tienen que dar algunos jugadores, ¿se incluye también el seleccionador?

–Todos lo tenemos que dar. Todas las selecciones crecen y mejoran. Tienen mejores jugadores, más talento y nosotros tenemos que multiplicar nuestra creatividad y capacidad de trabajo para estar a la altura.

–La ausencia por primera vez en muchos años de miembros de los juniors de oro obliga también a reeducar a los aficionados...

–Ésa no es nuestra batalla. Lo de plantear expectativas correctas ya es cosa de cada uno, nosotros tenemos bastante con pensar en lo que pase en la cancha.

–Las dos primeras selecciones europeas obtienen la clasificación directa para los Juegos Olímpicos: ¿Firmaría ahora mismo lograr en el Mundial el billete para Tokio?

–¿Directamente? ¿Dónde se firma? Me parecería un resultado extraordinario y un triunfo a la altura de los mayores triunfos logrados en la época de plenitud.

–Marc es la piedra angular del equipo...

–Sí, una pieza importante.

–¿Cómo ha asumido su cambio de rol de Toronto a la selección?

–Estamos empezando con él. Lo hemos tenido poco y está incorporándose progresivamente (debutó el pasado viernes) porque nos tiene que aguantar mucho, nos tiene que sujetar bastante. Otros jugadores son jóvenes y no tienen la experiencia suficiente. Para Toronto también nos vendrá bien que tenga más agresividad hacia canasta, no sólo a la hora de generar juego para los demás, que es su seña de identidad. Hay margen para que actúe más cerca de canasta.

–Ricky y Willy son, por lo visto hasta ahora, dos de los jugadores capacitados para dar un paso adelante...

–Ricky es nuestro base titular desde siempre y Willy me inspira buenas vibraciones si suma a la faceta ofensiva la defensiva. Es lo que tiene que sumar a su esencia y lo que le retrasa su explosión definitiva en la NBA. Está en sus manos. Tiene talento para meter puntos, pero para ser un jugador de altísimo nivel como puede llegar a ser tiene que complementar la faceta ofensiva con la defensiva.

–¿Cómo valora al equipo de Estados Unidos, que ha tenido muchas bajas?

–Lo diré tras haberle visto jugar. Aquí no se tiene la percepción real de cuánto talento hay en la NBA, de cuantos jugadores de altísimo nivel hay. Que el Valencia incorpore al jugador número trece de Toronto para darle un rol importante puede dar la medida de esto. Pero claro si el periodista futbolero se fija sólo en que faltan LeBron o Kevin Durant...

–El año que viene tiene contrato con los Raptors y finaliza su contrato con la Federación, ¿tiene algo ya pensado?

–Ahora mismo me cuesta ir más allá de la realidad de los contratos. Ya veremos. Hay muchas variables en juego y ahora, francamente, no me preocupa.