Balonmano

29-23. España somete a Suecia y logra su primer título europeo

La Selección, en su quinta final, gana el título continental con una gran defensa en la segunda parte y la sobresaliente actuación de Sterbik

Los jugadores españoles celebran la victoria en Zagreb/Efe
Los jugadores españoles celebran la victoria en Zagreb/Efelarazon

La Selección, en su quinta final, gana el título continental con una gran defensa en la segunda parte y la sobresaliente actuación de Sterbik.

Se acabó la maldición. A la quinta, sí cayó el Campeonato de Europa de balonmano. Para honrar la memoria de Talant Dujshebaev, con dos de sus hijos en pista, y con el gran trabajo de Alex en el avanzado en la segunda parte. La memoria también de Mateo Garralda, David Barrufet, Albert Rocas, Hombrados... Y tantos y tantos otros. También la del grueso de este mismo equipo, que perdió hace dos años en ese mismo partido contra Alemania de forma sonrojante. Ya no se podrá decir que el continente se resiste. Después de ser campeona del mundo en dos ocasiones, Europa es también ya de España. De la España de Jordi Ribera, el director de una orquesta con más grupo que solistas, pero que suena fenomenal.

Defensa y portero

Fue sí, aunque por un momento parecía que no, que la historia se podía repetir de nuevo, porque Suecia mandó en la primera parte. Con su portero Appelgren al frente, el equipo nórdico era feliz. Corría feliz. «Cuidado con las contras de los suecos», repitieron los jugadores españoles una y otra vez en la previa del encuentro. Pues contra a contra, la diferencia empezó a crecer (4-7, 6-9...). Se tuvo que agarrar la Selección al parqué, saber sufrir en los momentos malos. Eso nunca se la va a poder echar en cara: el grupo lo da todo; después, perder es una opción, ganar es otra. Pero las ganas no eran suficientes ayer. Hacía falta más. La primera ayuda llegó desde el banquillo. Jordi Ribera ordenó un cambio de defensa. Del 6-0, más cerradito, otras veces eficaz, a un 5-1, con Dujshebaev en el avanzado. Entró en colapso Suecia. La circulación desapareció. Un pase, otro, otro... Y robo de España. Así muchas veces. Y después del robo, vía libre para correr. A ello también colaboró Arpad Sterbik. Llegó para sustituir al lesionado Pérez de Vargas el pasado jueves. Ayer entró por Corrales tras el descanso y la portería se cerró. Como si la hubiera llenado de ladrillos para convertirla en un muro. Las defensas y las porterías dan títulos, se volvió a demostrar. Engaña el guardameta de origen serbio. Parece perezoso, que está como dormido, pero en un momento, ¡zas!, la pierna arriba, la parada y la cara de incredulidad del rival. O la pierna abajo abierto de piernas. 115 kilos moviéndose de forma casi antinatural.

Juego coral

En once minutos de la segunda parte, sólo un gol de Suecia. En quince, dos. Y al otro lado, contras de Balaguer, de Ariño, de Solé, un debutante que no lo pareció por el descaro con el que ha jugado las dos semanas; el trabajo de Aginagalde para abrir huecos y para marcar, las aperturas a los extremos, los goles de Dujshebaev, las apariciones de Gurbindo, un «crack» silencioso, como Sarmiento... El juego coral de la España de los buenos momentos, de cuando está enchufada.

Un paseo final

Del 12-14 del descanso (fue importante minimizar daños) se pasó a 19-15 en apenas un instante. Suecia tenía que arriesgar y por momentos recurrió a jugar con siete y sin portero. Fue penalizada con goles sin oposición en el otro lado. En ningún momento se vio una posible reacción. Las distancias se mantuvieron en los seis y siete goles, mientras Sterbik continuaba con su recital (terminó con 8 paradas de 21 intentos). En nueve goles se quedó Suecia en la segunda parte. El encuentro terminó con la celebración habitual en Croacia: todos unidos en el centro de la pista, saltando, hasta que Julen simula que tiene una metralleta y todos se van al suelo. Lo que empezó regular ha terminado muy bien. España ha perdido dos partidos en el torneo, pero llegaron los momentos calientes y se creció. Fantástico contra Alemania, para vengar la derrota en el último Europeo. La venganza de tantas veces contra Francia y el triunfo final ante Suecia.