Barcelona

«Estos días no me pongo la camiseta del Madrid»

Los peñistas del equipo blanco en Cataluña quieren vivir una fiesta con la visita a Gerona de los de Zidane, pero reconocen que son momentos complicados.

Varios miembros de la Peña Juanito, de Barcelona, posan con una réplica de la Champions
Varios miembros de la Peña Juanito, de Barcelona, posan con una réplica de la Championslarazon

Los peñistas del equipo blanco en Cataluña quieren vivir una fiesta con la visita a Gerona de los de Zidane, pero reconocen que son momentos complicados.

En 1963 Antonio llegó desde Jódar a Barcelona. Iba a buscarse la vida, a ganar dinero en la peluquería de un amigo suyo del pueblo que había emigrado antes. Vivía en su casa, con su padre, y cogían el sidecar para ir al trabajo. Se fue sin mirar atrás, porque es el único modo de vencer la nostalgia y con toda la valentía que sólo se tiene con 16 años. Cambió de vida, se adaptó bien y quizá para mantenerse fiel a quien era antes, siguió siendo del mismo equipo de fútbol: del Madrid en el que había jugado Di Stéfano y en el que dentro de poco empezaría a jugar Velázquez, un futbolista del que hoy, en tiempos de Cristiano Ronaldo, aún se acuerda. Antonio, que vive en Barcelona, es el presidente de la peña Juanito en la capital. Es de Jaén y de Cataluña, es del Madrid y se siente español. Pregunta: «¿Si tuviera ahora 16 años y tuviese que emigrar desde su pueblo, iría a Cataluña?». «Ahora me lo pensaría mucho», contesta. Esta tarde va a ver el partido con su peña.

Isidoro Conejo fue ayer desde Cassa de la Selva, un pueblo al lado de Gerona, a la firma de autógrafos y hoy por la mañana va a ir al hotel por las entradas que el Madrid vende a los peñistas; luego va a ver un partido de hockey de su nieto, va a comer cerca del estadio y puede que maldiga la cuesta que hay que subir hasta llegar a Montilivi, el campo del Girona, donde esta tarde se tiene que jugar el encuentro. «Hay que hacer como si no pasase nada, cuanta más importancia le das es peor», aseguraba ayer desde el local de la peña donde vio la final de los sub’17 y después el partido del Castilla. «Vamos a ir 22 personas, confío en la Policía y ahora, también en los Mossos», continúa. Está tan tranquilo que se va a llevar al fútbol a su nieto de diez años. En el campo, como en todos los campos con las aficiones rivales, van a estar rodeados de policías que los separan del resto del público. Sabe Isidoro que va a haber gritos políticos y que puede que esta tarde lo mejor sea callarse. «Aquí hay mucha normalidad, el 80 por ciento de mis vecinos son independentistas, pero en el día a día lo llevamos bien».

Los peñistas del Madrid en Cataluña en su gran mayoría se sienten catalanes y españoles, muchos son emigrantes de los años sesenta que llegaron en busca de oportunidades y sienten que Cataluña es su casa, pero que estas últimas fechas es mucho más hostil que antes. «Últimamente no salgo con la camiseta del Madrid por si acaso», cuenta Pepe Ribó, que a sus 64 años sigue siendo madridista en Barcelona, como era desde niño. «Si eres del Madrid, te llaman facha, pero bueno, ahora te llaman facha si no eres del Barcelona o independentista», dice. Hoy verá el encuentro junto a Antonio o Pedro, en la peña Juanito de la capital catalana. Se llama así porque se fundó poco después de que el ex jugador madridista muriera en un accidente de tráfico a principios de los noventa. «Lo más bonito sería que todos fueran catalanes y españoles y cada uno del equipo que quiera», cuenta Pedro, de 55 años, que llegó de Cuenca a Barcelona cuando tenía 11. «Está claro que este partido no va a ser normal por culpa del ambiente», opina. Tiene una empresa de carpintería en la que le llaman «el merengue». «Tengo un cliente que siempre que me presenta a otros dice de mí: «Pedro es buena persona, trabaja bien, pero tiene un defecto: es del Madrid».

Siempre se ha vivido en más o menos buen ambiente, pero ahora todo es más complicado. «En el día a día, tienes que aguantar y no puedes abrirte –sigue Pedro–, luego en la peña hablamos de todo sin problemas, es como nuestra segunda casa. Yo vengo aquí todos los días un ratito, con mi mujer, y jugamos al dominó o al tute». En el local, situado en un barrio tranquilo de Barcelona, van a ver el encuentro tranquilos y sin problemas.

En cambio, José Murillo pasó ayer un día más estresado. Es de la peña madridista de Gerona, pero necesitaba un par de entradas para él y para su nieto. A media tarde de ayer iba corriendo hacia el aeropuerto, a ver si el Madrid le daba un par al aterrizar. «Hemos intentado ser discretos para que nadie más sepa a qué hora llega el equipo y no haya follón», cuenta. Nació en Badajoz, fue a Gerona por traslado de funcionario y sus hijos y sus nietos son catalanes. En su foto de perfil de whatsapp luce una bandera de España con un lazo negro. «No tenemos libertad para opinar, siempre te cortas», cuenta, y estos días, como les pasa al resto de madridistas que además se sienten españoles, esa sensación se ha multiplicado. Son tiempos complicados. «¿Más que los años de Guardiola en el Barcelona?», preguntamos. «Esos fueron tiempos duros», dice uno riéndose. «Pero esto no se puede comparar», añade.