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Francia se hace más fuerte

Ha llegado a la final con un equipo muy físico al que Deschamps ha añadido fortaleza mental para superar los obstáculos

Griezmann, Payet y Pogba, junto a Evra y Matuidi en un partido de la selección de Francia.
Griezmann, Payet y Pogba, junto a Evra y Matuidi en un partido de la selección de Francia.larazon

Ha llegado a la final con un equipo muy físico al que Deschamps ha añadido fortaleza mental para superar los obstáculos

«No podemos solucionar los problemas de la gente, pero sí podemos hacerles olvidar sus preocupaciones. Nosotros creamos emociones y eso se puede ver», explicaba Didier Deschamps después de clasificar a Francia para la final de la Eurocopa. Francia ha cambiado el modelo que ha dominado el universo futbolístico en el último decenio. España ganó todo desde 2008 a 2012 y Alemania consiguió el Mundial 2014. Todo con el mismo estilo, el que los alemanes aprendieron de los españoles. Incluso Italia en 2006, cuando ganó el Mundial, ya había decidido entregarse a Pirlo para renunciar a sus tradiciones.

Francia ahora intenta ocupar el lugar de los campeones con un juego más entregado a las emociones de las que habla su seleccionador que a la estética. Aunque Deschamps se ha permitido alguna renuncia por el camino. Castigó a Griezmann y Pogba después de las dificultades para superar a Rumanía en el estreno del torneo, cuando toda Francia se abrazó a Payet. Ninguno de los dos fue titular en el siguiente partido contra Albania, pero el seleccionador francés tuvo que asumir que su selección con ellos es mejor cuando el delantero del Atlético marcó el gol que venció la resistencia de los albaneses ya en el minuto 90. Pogba y Griezmann no se han movido de la alineación desde entonces y Deschamps ha ido modificando el equipo hasta dejar fluir su esencia. Contra Irlanda asumió que Griezmann necesitaba más libertad útil y llegó la remontada. Y en cuartos de final tuvo que aprender a jugar sin Kanté, su seguro en el centro del campo, por culpa de las tarjetas.

Pero la esencia sigue siendo la misma, un equipo que se sustenta en el físico para atacar y para defender. Trece de los 23 convocados tienen origen africano o en los territorios franceses de ultramar. Siete de ellos fueron titulares en la semifinal contra Alemania: Sagna, Evra, Umtiti, Pogba, Matuidi, Sissoko y Payet. «Deschamps se ha plegado a la presión de una parte racista de Francia», aseguraba Karim Benzema en el diario «Marca» antes de la Eurocopa. Pero no parece que el racismo sea un problema para esta selección, como no lo fue para la campeona del mundo en el 98. Aquel equipo encabezado por Zidane y en el que Deschamps era el capitán fue un ejemplo de integración. Era un equipo muy físico, como el de ahora, y el fútbol mundial parecía dejarse dominar por un estilo de jugador en el que el tamaño sí importaba. Hasta que España dio la vuelta a los prejuicios sobre los bajitos.

El técnico francés ha aprovechado la potencia física de sus jugadores para moldear el equipo. Primero, apoyado en el infatigable Kanté para sostener el centro del campo. Después, para sustituirlo cuando fue sancionado escogió el despliegue ofensivo de Sissoko para apoyar a los de arriba.

«Alemania es un equipo muy técnico. Saben mover el balón muy bien y a pesar de tener bajas hay jugadores con mucha experiencia. Nosotros tenemos jugadores que han jugado apenas dos partidos con esta camiseta, pero se han dejado la piel para dar lo mejor al equipo, y eso para mí como entrenador es genial», explicaba Deschamps después de la victoria de su equipo. Ha conseguido que Francia sea un equipo comprometido en el que todos pelean por todos. Ha dejado atrás los problemas de convivencia que sufrió el equipo en los últimos campeonatos. En 2010 los jugadores se rebelaron contra el seleccionador, Raymond Doménech, se negaron a entrenar y Francia cerró su participación con un empate y dos derrotas. El resultado fue la expulsión definitiva de Anelka de la selección disfrazada con una sanción de 18 partidos y el castigo de cinco partidos para Evra, tres para Ribery y uno para Toulalan. En 2012 Ben Arfa tuvo una fuerte discusión con Laurent Blanc, entonces seleccionador, y Nasri se enfrentó a la prensa de su país antes de que les eliminara España en cuartos de final. Sólo Evra sobrevive en el equipo de todos ellos, pero ya sin el brazalete de capitán.

Para llegar a la final de mañana, Deschamps ha añadido fortaleza mental a la física que ya aportaban sus jugadores. Ha superado la exclusión de Valbuena y Benzema por sus problemas judiciales, la de Sakho por un positivo del que ayer fue absuelto y las lesiones y sanciones en los centrales que obligaron a que Umtiti debutara en cuartos de final contra Islandia.

«Hemos sufrido mucho pero nunca nos rendimos», avisaba Deschamps después de derrotar a Alemania en la semifinal. Ahora sólo le queda un paso para volver a ganar un campeonato. «Este equipo lo tiene todo para ser querido», asume el entrenador.