Cuenca
2-0. Victoria sin perdón
Ganó el Real Madrid con goles de Isco y Benzema, pero necesitaba una mejora en su juego para reconciliarse con su afición y no la hubo. Cristiano tampoco volvió por sus fueros.
Se sabía examinado el Real Madrid más que nunca. Desde el primero hasta el último de sus jugadores y técnicos, y quizá con quien más comprensivo se mostró la afición del Bernabéu de primeras fue con Cristiano Ronaldo. Hubo pitos para los jugadores tal y como los iban nombrando por megafonía, pero, en los prolegómenos, fue Ancelotti quien se llevó la palma. Quizá porque es quien representa a todos ellos. Los aficionados actuaban cual más estricto juez. Cada intervención de Casillas desencadenó silbidos para éste; cualquier acción del Deportivo cercana al área madridista conllevaba sanción sonora.
Y a pesar de todo ello, no comenzó el Real Madrid como debía, contracturado y falto de ideas ante la presión deportivista en lugar de dejarse el alma. Trece tensos minutos tardó el Madrid en protagonizar su primera ocasión, cuando ya el Dépor había disfrutado de dos ocasiones de gol y había mostrado sus armas: Riera y Lucas Pérez para maniatar a Kroos y ganar la batalla en el centro del campo. Incluso, Casillas tuvo que sacar las manos para evitar el gol de Cuenca.
Trece intensos minutos para escuchar el primer ¡uy! en el Bernabéu, cuando Cristiano mandó el balón al larguero. Para entonces, Isco ya había entendido que tenía que retrasar su posición bastantes metros para poder tener el balón y repartir juego como a él le gusta. Seis minutos después, en el 19', se calcó la ocasión, pero esta vez fue Bale el que mandó la pelota al travesaño.
El Madrid comenzaba a coordinar y el dominio ya era suyo, más preciso y veloz. Y el gol llegó. Fue Isco, uno de los que se salvaron de la quema en el Calderón, el que se llevó el premio de abrir el marcador con un golazo de rosca tras el despropósito de la acrobacia de Benzema, el balón al que no llegó Cristiano y recuperó Arbeloa, que centró hacia atrás para que Isco empalara desde la línea del área.
Hubo más ocasiones, con Bale como jugador más activo, cada vez que el Real Madrid pillaba un contraataque, pero su juego, que es lo que pedía la afición más allá de ganar a un Deportivo, que en la primera vuelta ya machacó (2-8, con triplete de Cristiano, dobletes de Bale y Chicharito, y un golazo de James), no deleitó y así no hay forma de expiar las culpas del 4-0 del Calderón.
Tampoco el comienzo de la segunda parta auguró el perdón de la parroquia. El Madrid comenzó tan mal como en la primera parte. Comienza a ser norma que salga desconcentrado, partido e inactivo. El primer susto se lo llevó con un balonazo de Borges al palo, al que sucedieron las ocasiones de Riera -¡bendito paradón de Casillas al cabezazo del deportivista!- y Lopo.
Dominaba, llegaba el Dépor y el Bernabéu crecía en enfado, indignado de ver a un Deportivo enchufado, que no bajó la intensidad ni con el gol en contra y con más argumentos en el centro del campo que el Madrid. No parece gustar Illarra, al que pasados los meses se le ve que le queda la camiseta grande, aún viéndolas venir y, como decía Toshack corriendo como «pollo sin cabeza». Con el de Motrico así y Kroos maniatado, sólo quedaba Isco, que aunque siempre meritorio no puede hacer milagros. Por eso, el Bernabéu se muestra ansioso por ver a Lucas Silva. A ver si él sí puede ser el remedio hasta la vuelta de Modric y James, y Ancelotti lo hizo. A falta de 20 minutos debutó finalmente el brasileño por Illarra, escoltando a Kroos por la derecha.
Cual estreno bendecido, ni un minuto más tarde de su entrada en el campo, el Madrid marcó el gol de la tranquilidad. El segundo salió de las botas de Benzema, después de que Cristiano se lo regalara. Aunque lo cierto es que el francés lo hizo muy bien. Aprovechó la salida de Frabicio para levantar lo justo el balón e instalarlo en el fondo de la red.
El siguiente cambio de Ancelotti recibió los primeros aplausos de la tarde. La grada gratificó el trabajo de Isco, que salió por Carvajal. Jesé también recibió el favor de la afición, cuando ingresó en el césped en el lugar de Benzema.
Sin embargo, la entrada de Lucas Silva, Carvajal y Jesé no tuvieron apenas incidencia en el juego del Real Madrid. Los últimos 10-15 minutos parecieron los de la basura para ambos equipos. Lo único reseñable fue una carrera del delantero canario que centró para Cristiano y éste erró. No fue el día de Cristiano ni de Marcelo, que terminó lesionado. Tampoco fue el día de la reconciliación. Hubo goles, victoria, pero sigue faltando juego. Continuará...
Ficha técnica:
2 - Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Varane, Nacho Fernández, Marcelo; Kroos, Illarramendi (Lucas Silva, m.71), Isco (Carvajal, m.81); Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema (Jesé, m.86).
0 - Deportivo: Fabricio; Laure, Manuel Pablo, Lopo, Luisinho; Álex Bergantiños, Borges (Juan Domínguez, m.84), Cuenca, Lucas Pérez (Medunjanin, m.80), Cavaleiro; y Oriol Riera (Helder Costa, m.65).
Goles: 1-0, m.23: Isco. 2-0, m.72: Benzema.
Árbitro: Estrada Fenández (colegio catalán). Amonestó a Nacho (48) y Arbeloa (78) por el Real Madrid; y a Lopo (84) y Laure (89) por el Deportivo.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la vigésimo tercera jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante 73.671 espectadores.
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