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Ansu Fati y el impasse del Barça

El Barcelona B se ha trasplantado al Camp Nou porque no queda más remedio

Memphis Depay felicita a Ansu Fati
Memphis Depay felicita a Ansu FatiALBERT GEAREUTERS

En Barcelona en los últimos meses el Barça ha sido un motivo más de disgusto. El fútbol también hace tiempo que dejó de ser un oasis. Lo del Levante es un parche, una tregua para lo que se avecina de inmediato. El Benfica examinará si el equipo, todavía de Koeman, es de Champions, de Europa League o del Trofeo de la Galleta. Luego llegará el Atlético. En el Metropolitano, a diferencia del Camp Nou, nadie de los que manda cuestiona al entrenador y el equipo está en manos de sus clásicos. Eso sí, necesitan ya un impulso para dejar atrás un comienzo titubeante.

En situaciones de crisis siempre hay que intentar dar con un motivo de peso que justifique la toma de decisiones. Es el único modo para que a uno no le cuestionen más de lo debido. Pocos lo encuentran. Koeman ha dado con La Masía como argumento para defender sus postulados. Ante el Levante acabó con seis jugadores que cuando debutó Messi en el Barça no sabían nada del argentino, del Camp Nou y de la camiseta azulgrana: Riqui Puig (22 años), Araújo (22), Eric García (20), Nico (19), Demir (18) y Ansu Fati (18). También participaron Gavi (17), Mingueza (22) y Dest (20). Un Barça B trasplantado al Camp Nou porque no queda más remedio. Que Ansu Fati tome el «10» de Messi habrá quien lo vea como un sacrilegio. Otros se agarrarán a una inconsciencia juvenil. El Barça y el fútbol español necesitan personajes atrevidos que alumbren los nuevos tiempos. El descaro y la osadía pueden ser la lanzadera para combatir proyectos que ahora parecen inalcanzables. El impasse en el que vive LaLiga necesita emociones fuertes vengan de donde vengan.