Fútbol
La polémica adicción de LaLiga a Twitter, la red de los enfadados
Los clubes usan las redes sociales para mandar sus indignados mensajes tras una polémica. Algunos jugadores están enganchados a los comentarios que se dicen de ellos
Piqué respondió a Emery en Twitter; Carvalho y Feddal, del Betis, se metieron con el árbitro Muñiz Ruiz en Instagram. Su equipo ya se había quejado en las redes, como la Real Sociedad o como el Valencia, que habló de la serie «La casa de Papel» para dar a entender que había sido robado en el Santiago Bernabéu. Hay un partido en el campo y otro en Twitter .«Vamos al populismo de las redes sociales y en Twitter, donde principalmente se hace el seguimiento del fútbol, se consigue hacer mucho ruido. Así los aficionados perciben que el club está descontento y puedes ganártelos. Las redes sociales es donde más interacción se logra con los hinchas más jóvenes», asegura Chema Lamirán, Ceo de Digital Media Sport, una empresa que se dedica a la marca personal y al marketing digital para deportistas de élite, eventos y clubes deportivos.
Twitter se ha convertido en el lugar donde los clubes, pero también los deportistas, acuden para dejar clara su frustración o su sensación de injusticia. «Cuando comenzamos a trabajar con alguien siempre hay un proceso de explicarles que las redes son una herramienta con la que se comunican con el mundo y que no pueden hacer cualquier cosa», aseguran en Imago Sport, una de las primeras empresas en España dedicadas a la imagen y la comunicación de deportistas de élite y que lleva a deportistas tan racionales como Ancelotti o Juan Mata. A todos les piden que antes de coger el móvil y decir algo cuenten hasta diez.
Piqué, que no tiene pinta de ser de los que cuenta hasta diez, es uno de los más activos. Sobre todo en los últimos días, en los que publicó su nómina para responder a un periodista y ha contestado a los aficionados que pedían su expulsión en Granada y también a Emery. «Pero Piqué ha conseguido crearse esa imagen en las redes sociales y no difiere de cómo es en realidad. Aceptas que Piqué es tal cual, te podrá gustar o no, pero él actúa desde su naturalidad, sabes que participa en todo. Piqué sí que muestra coherencia en la vida real y en la vida virtual», continúa Chema Lamirán. El problema, según este experto, es cuando el tuit que se pone es un exabrupto o algo parecido, que se publica por el enfado de los dirigentes y que no va acompañado de ninguna política de comunicación. «Cualquier club puede usar sus redes sociales para emitir una queja, porque es un modo muy rápido de meter presión, pero hay que adoptar un lenguaje adecuado. No se puede mandar un mensaje sin más. Tiene que haber una estrategia de comunicación que dé coherencia a todo». Algo que no suele existir.
Antes los medios eran el único cauce para las quejas. Ahora también se usan, pero el «pronto», la rabia que se tiene al estar caliente, se suelta por Twitter, la red de los enfadados. «Nosotros entendemos que es un canal de comunicación, pero si va a suponer un lastre, que te molesta lo que se va a publicar, es mejor tomar distancia», aconsejan desde Imago Sport. Ponen el ejemplo de Azpilicueta, que siempre usas sus redes de manera positiva y sin mostrar asuntos personales. «A clubes y deportistas les aconsejamos que no hagan en virtual lo que no harían en la vida real», dicen desde Digital Media Sport.
Otra cosa es que los deportistas hagan caso después de un penalti mal pitado, una bronca en un entrenamiento o antes de un gran partido. Ya ha sucedido que un entrenador ha visto a algún jugador suyo sobre excitado por lo que decían de él en los comentarios de las redes. Es una adicción.
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