Deportivo
3-2. El Málaga revive a costa de un frágil Deportivo
Victoria agónica de los andaluces que permite a Míchel darse un respiro
Victoria agónica del Málaga (3-2) que le permite respirar y seguir vivo ante un Deportivo que lo tocó con la palma de la mano pero finalmente cedió. Miedo, es decir, sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.
Victoria agónica del Málaga (3-2) que le permite respirar y seguir vivo ante un Deportivo que lo tocó con la palma de la mano pero finalmente cedió. Miedo, es decir, sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario. Así vive el Málaga, atrapado en su desconfianza y en la evidente falta de calidad de una plantilla tan mal diseñada como descompensada. Y cada jornada que pasa el sentimiento de temor va en aumento. Cuando comienza un nuevo encuentro, como ayer ante el Deportivo, rival de tu Liga, los temores se acentúan, las ideas vuelan y el miedo a perder sobrevuela el césped. Cada balón es una batalla perdida, cada jugada es un error. Hasta lo más fácil, dar un pase a tu compañero es una odisea. Con estos mimbres, a pesar del apoyo de la afición, intentar ganar un partido es como subir al Everest con zapatillas de deporte.
El Málaga intentó jugar por las bandas abriendo el campo, pero el Deportivo no le permitía controles fáciles. Arriba, Peñaranda y Rolan -probable jugador coruñés la próxima campaña- se movían intentando abrir huecos para sacar a los centrales de su zona. Hasta el primer gol hubo poco que contar, acaso un disparo que rechazó Rubén Martínez y un tiro lejano de Guilherme que se marchó fuera. El primer gol dio algo de mordiente al encuentro. Fue tras un córner, lanzado muy abierto. El balón llegó a un lateral del área donde Rosales, completamente sólo, disparó con fuerza y alojó el balón en el fondo de las mallas.
A partir de este gol el conjunto local se relajó pero perdió el control del juego. El centro del campo gallego se hizo con las riendas y el balón comenzó a acercarse por las inmediaciones de Roberto. Pero como el Málaga es Nuncio regalo para sus rivales, llegó el gol del empate. Un balón por la derecha centrado por Cartabia fue rematado perfectamente por Lucas Pérez en el segundo palo completamente sólo. De nuevo tablas en el marcador.
Con la moral de nuevo tocada el Málaga tiró de orgullo y lucha, porque no da para más. A pesar del control de juego visitante los de Míchel lograron crear otras tres nuevas oportunidades ante Rubén, pero ni Peñaranda, ni Rolón ni Baysse estuvieron acertados.
La segunda mitad comenzó con un prometedor ataque local cortado al borde del área por Schär de forma casi milagrosa. Pero el defensa coruñés continuó con el balón, montó una contra magistral y supo aprovechar el pase de un compañero para marcar el segundo gol y dejar al Málaga helado. De lo que pudo ser a lo que fue. El gol dejó ‘tocado’al conjunto de Míchel, que no se enteró de lo que estaba pasando los siguientes minutos. Sin embargo, las cosas cambian con un chispazo cuando menos se espera. Ontiveros, con quien se la jugó Míchel en ataque, demostró su calidad entrando por la banda derecha y colocando un maravilloso centro que Chory Castro, entre rebotes y empujones, envió a la red. El balón pareció entrar en directo, porque hubo dudas en algunos jugadores deportivistas. No obstante, el asistente y el colegiado dieron validez al tanto con rotundidad.
Tras el empate el encuentro adquirió una nueva dimensión. Los minutos transcurrían con rapidez y los dios querían ganar, pero ninguno perder. El Málaga quizá jugó con más cabeza y se lanzó a por el tercero. Los cambios de Míchel, todos jugadores de ataque, funcionaron y dieron al equipo un puntito más de presión. Los gallegos comenzaron a sufrir en defensa, sobre todo por el centro tras la lesión de Sidnei, y no pudieron aguantar. Ya en la recta final, Borja Bastón consiguió el tercero de su equipo que al final le iba a dar la victoria. Por fin Bastón, fichaje estelar esta temporada, lograba su primer gol en esta Liga en el momento más importante. Hasta el final, nervios, empujones, faltas, pero escaso fútbol y mucha tensión.
Victoria balsámica para el Málaga, que le permite respirar pero no despeja dudas. Siguen faltando muchas cosas y el sufrimiento está asegurado. El Deportivo, por su parte, no le va a andar a la zaga a su rival. Aunque su situación es mejor y no hizo un mal partido va a sufrir. Definitivamente Galicia esta temporada es un bálsamo para el Málaga, que ha ganado sus dos encuentros a Celta y Deportivo.
3 - Málaga: Roberto; Rosales, Luis Hernández, Baysse, Juan Carlos; Keko (Juanpi, min. 56), Adrián, Rolón (Ontiveros, min. 56), Chory Castro; Rolan y Peñaranda (Borja Bastón, min. 64).
2 - Deportivo: Rubén Martínez; Gerard Valentín, Schär, Sidnei (Albentosa, min. 46), Luisinho; Valverde, Borges (Emre Çolak, min. 71), Guilherme, Fede Cartabia (Mosquera, min. 62); Bakkali y Lucas Pérez.
Goles: 1-0, min. 15: Rosales. 1-1, min. 23: Lucas Pérez. 1-2, min. 53: Schär. 2-2, min. 63: Chory Castro. 3-2, min. 84: Borja Bastón.
Árbitro: Juan Martínez Munuera, C. Valenciano. Mostró tarjetas amarillas a Peñaranda, Rosales, Juanpi y Juan Carlos del Málaga y a Guilherme, Bakkali, Luisinho y Emre Çolak del Deportivo.
Incidencias: Buena entrada en La Rosaleda, 24.563 espectadores.
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