Koke adelantó a los rojiblancos en una jugada ensayada, pero el equipo perdió fuerza en la segunda parte y Mustafi logró el empate para el equipo de Nuno.

Jugar sin el máximo goleador del equipo cuando está en juego el tercer puesto y, quizá, algo más, puede resultar una osadía. Sin embargo, Simeone borró a Mandzukic de la alineación, como ya había ocurrido en Sevilla, y encaró el decisivo choque contra el Valencia con Fernando Torres y Raúl García. El croata pagó en el banquillo su egoísmo, su individualismo y la falta de integración en el bloque y en el vestuario. «Mandzu» es un lobo solitario, un depredador del área, dispuesto a ir a cualquier guerra. Una guerra que acabó sin vencedores ni vencidos, que deja al Atlético en el tercer puesto, pero que siembra dudas sobre el juego y la capacidad física de los rojiblancos, que en el tramo final del encuentro fueron superados por el rival.

Y hubiera disfrutado. Porque fue un partido de trincheras, de cuerpo a cuerpo, con mucha intensidad, excesivas interrupciones y pocas acciones elaboradas. No había metros para jugar, no había espacios para el toque y el juego, en la primera parte, se basó en las transiciones largas –pelotazos, incluidos– por lo que Parejo, Koke o Arda, los llamados a poner sentido al fútbol, apenas lucieron. Hubo destellos de Arda que se inventa jugadas imposibles y un gol de Koke en jugada de laboratorio que puso al Atlético en ventaja. Sacó Gabi una falta, cabeceó Torres, dejó Tiago con el pecho y el canterano fusiló a Alves.

Intensidad pusieron. Torres y Raúl García se pegaron, literalmente, en el frente de ataque con Otamendi y Mustafi. Simeone jugaba sin una referencia fija. Era un Atlético que desde el teórico 4-4-2 pasaba al 4-5-1. Objetivo: impedir que el Valencia estuviera cómodo y lo consiguió. Un remate de chilena de Negredo fue la señal que dejó el equipo de Nuno en el primer periodo. Alves tuvo más trabajo que Moyá porque el Atlético lanzó córners y faltas frontales. En una de ellas llegó el gol y la situación cambió.

El Valencia necesitaba más y dio un paso adelante, pero los argumentos eran similares y el Atlético tenía el control, el dominio de la situación, aunque no trataba bien al balón, se mostraba espeso en ataque y jugaba en el alambre. Simeone dio entrada a Mandzukic por Fernando Torres y el cambio empeoró al equipo. Nuno jugó la baza de Rodrigo y la posterior de André Gomes. Quería, al menos, un gol. Y lo consiguió en una falta lateral, en donde Moyá no estuvo afortunado. Mustafi logró el empate cuando el Atlético no tenía gasolina y se refugiaba en su campo, con poca capacidad para salir a la contra.

Pudo sentenciar Tiago, pero su remate, tras un saque de esquina, se estrelló en el larguero. Con la marcha de Koke, renqueante, perdió más capacidad el Atlético. Simeone era consciente de que falta aire y juego. Estaba en el alambre su triunfo y se cayó como funambulista impreciso porque el Valencia apretó, encontró un gol y demostró estar más fuerte cuando el combate derivaba al nulo y dejaba a los rojiblancos con mal sabor de boca y muchas dudas. Desde el triunfo en el derbi, sólo ha ganado al Almería. A Simeone se le está cayendo el equipo cuando llega lo mejor.

- Ficha técnica:

1 - Atlético de Madrid: Moyá; Juanfran, Giménez, Godín, Siqueira; Gabi (Raúl Jiménez, m. 81), Tiago; Arda, Raúl García, Koke (Mario Suárez, m. 68); y Torres (Mandzukic, m. 60).

1 - Valencia: Alves; Barragán, Mustafi, Otamendi, Gayà; Javi Fuego; Piatti (Orban, m. 90), Enzo Pérez (Andre Gomes, m. 68), Parejo, Feghouli (Rodrigo, m. 58); y Negredo.

Goles: 1-0, m. 33: Koke, de potente tiro desde el borde del área. 1-1, m. 79: Mustafi cabecea tras un rechace en el larguero.

Árbitro: Jaime Latre (C. Aragonés). Expulsó a Javi Fuego, del Valencia, por doble amarilla (m. 88 y 89). Amonestó a los locales Fernando Torres (m. 17), Siqueira (m. 57), Mandzukic (m. 71) y Mario Suárez (m. 90), y a los visitantes Mustafi (m. 31), Piatti (m. 34), Enzo Pérez (m. 45), Negredo (m. 50), Otamendi (m. 55) y Javi Fuego (m. 88).

Incidencias: partido correspondiente a la vigésima sexta jornada de Liga disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 54.000 espectadores. Vicente del Bosque, seleccionador español, presenció el partido desde el palco.