Getafe C.F.
El Madrid se rearma
Golea con buen juego y facilidad al Getafe y recupera la normalidad. Marcaron todos los delanteros y la grada, que empezó nerviosa, se fue satisfecha con su equipo
Golea con buen juego y facilidad al Getafe y recupera la normalidad. Marcaron todos los delanteros y la grada, que empezó nerviosa, se fue satisfecha con su equipo
No hay nada como un gol a favor para dejar atrás cualquier problema. Es una cura inmediata, que soluciona cualquier dolor, melancolía o alineaciones indebidas. Lo hizo Benzema nada más empezar el encuentro contra el Getafe y lo que se presumía una tarde extraña y sensible en el Real Madrid se convirtió en un paseo, el oasis que necesitaban el equipo de Benítez y el delantero francés: marcó ese gol y después otro para que se hable de él por sus méritos futbolísticos y no por lo que ocurre en Francia. Quizá era el futbolista que más necesitaba un choque como el de ayer, en el que todo fuera bien y cuesta abajo. Se marchó aplaudido cuando fue sustituido. Sus compañeros, mientras, cuando terminó el encuentro se marcharon con el agradecimiento de la grada, que era lo que se buscaba. Un punto de inflexión para volver al fútbol. «Todo el mundo espera que todo sea perfecto y a veces hay que unirse para conseguir cosas como las de este encuentro», dijo Benítez, después del partido, mucho más relajado tras estos días. El gol abre otro horizonte en el Madrid, que aún piensa en el Cádiz y sabe que le espera una semana de recursos, pero que futbolísticamente puede trabajar relajado y con calma.
El Getafe fue el mejor rival para ayudar a los blancos a centrarse en el césped. «Hemos cometido muchos errores. Es imposible sacar algo del Bernabéu sin la agresividad defensiva adecuada. Entramos en el partido muy tarde y me enfada la forma en que llegaron los goles», describía un desolado Escribá. Porque con el tanto en contra antes de que se cumpliese el minuto cuatro del choque, el Getafe sacó la bandera blanca. Sin carácter, sin nada que ofrecer, un equipo que sólo dejó la huella del gol en la segunda mitad, cuando ya todo el mundo estaba a otra cosa. Los jugadores visitantes tenían una oportunidad única para, al menos, inquietar a los locales. El puente y el rival hicieron que el Bernabéu mostrase la peor entrada de la temporada y los socios que fueron querían exigir al equipo. La grada del estadio perdona muy pocas cosas y llevaba rumiando el enfado desde el miércoles por la noche. Podía ser un día de nervios y de que se pagase la frustración, un día para saber manejar la situación por parte del Getafe, pero por lo mostrado en el césped, no le da para eso ni para nada.
Marcó Benzema y lo que parecía un día complicado se puso cuesta abajo para los hombres de Benítez y bien que lo agradecieron. «Sabíamos que no iba a ser fácil y el equipo demostró que sabía lo que había que hacer. Teníamos que estar concentrados desde el principio. El partido se gestionó bien hasta el final». El martes, el Madrid recibe al Malmoe, un partido sin nada que jugarse, ideal para dar minutos y que siga subiendo la autoestima. Si sólo se mira el campo, después del Barcelona, el Madrid goleó al Shakhtar, ganó en Ipurua, tuvo un resultado a favor en Cádiz y se paseó contra el Getafe. No son grandes rivales, pero sí da el equipo muestras de ir avanzando.
Sin Casemiro, con James, Modric y Kroos en el centro del campo y los tres de delante, el conjunto local tuvo la posesión del balón y jugó como quiso. Modric se movió con acierto, como sólo hace él, superando líneas y James dio un par de pases decisivos, que pondrán fin al debate que mantiene con el técnico. Desde el partido del Betis en agosto no jugaba un partido completo.
Con la pelota, con movilidad y sin oposición, fue un encuentro feliz para todos y en especial para los delanteros, que remataron todos los goles desde más cerca del punto de penalti. Hubo tantos al contraataque y también de toque o de pases al área. Hasta Pepe hizo de extremo y puso un pase de oro para el primer tanto. Trabajó el Madrid y se encontró con facilidades para ir sumando goles. Dos Benzema y también Bale y Ronaldo, bien repartidos los tantos para que todos acabaran contentos.
Sólo hubo un susto, un golpe de Danilo, que podía dejar más cojo al Real Madrid. «He pedido que miraran porque me asusté», decía. Y con él, todo el cuerpo técnico.
El partido se terminó en la primera mitad, con los cuatro goles blancos y la segunda fue un añadido sin ningún valor, que le sirvió al Getafe para marcar un tanto con el que confirmar que había estado en el Bernabéu. Fueron 45 minutos largos, con poco que contar, pero que le vienen bien a los de Benítez. Tras un mes sin parar y con la semana de jueces que espera, fue como un oasis.
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