Blatter: «Estamos aquí para resolver los roblemas que se han creado»

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha hecho un llamamiento "a la unidad y el espíritu de equipo"y recordó a las asociaciones miembro que una de sus obligaciones "es resolver los problemas que se han creado"a raíz de las detenciones el pasado miércoles de siete directivos por presunta corrupción.

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha hecho un llamamiento "a la unidad y el espíritu de equipo"y recordó a las asociaciones miembro que una de sus obligaciones "es resolver los problemas que se han creado"a raíz de las detenciones el pasado miércoles de siete directivos por presunta corrupción. "Hoy, estoy apelando a la unidad y al espíritu de equipo para que así podamos avanzar juntos. No siempre es fácil, pero aquí estamos juntos para afrontar los problemas que se han creado. Estamos aquí para resolverlos", aseveró Blatter en su discurso de apertura del Congreso FIFA que dio comienzo este viernes y que tendrá su punto culmen las elecciones a la presidencia donde tiene como rival al Príncipe Ali bin Al Hussein.

Ayer, el presidente de la FIFA se justificaba diciendo que no podía vigilar «a cada uno todo el tiempo. Si la gente quiere hacer algo malo, intentará esconderlo». El presidente de la FIFA intenta alejarse del escándalo de sobornos, chantajes y dinero negro que envuelve a la sede de la Federación internacional desde el miércoles, cuando nueve de los miembros de su Comité Ejecutivo fueron detenidos. En su huida, Blatter almacena apoyos que pesan más que una denuncia, como el de la Federación rusa. «Apoyaremos la candidatura de Blatter, ha hecho mucho por el mundo del fútbol», asegura su presidente, Nikolai Tolstij. Precisamente ahora, cuando uno de los motivos del escándalo de corrupción es la escasa limpieza de la elección de Rusia como sede de la fase final del Mundial 2018. También Vladimir Putin, el presidente ruso, sale en defensa del presidente de la FIFA. «En mi opinión, el viernes deben celebrarse las elecciones a presidente de la FIFA y el señor Blatter tiene todas las posibilidades de ser elegido. También sabemos que recibió presiones para prohibir la celebración del Mundial de Fútbol de 2018 en Rusia», asegura Putin.

Mientras unos trabajan para que todo siga igual, Michel Platini, el presidente de la UEFA, hace campaña para acabar con la presidencia de Blatter –17 años en el cargo–. El ex futbolista francés solicitó en un primer momento aplazar el congreso que elige hoy al nuevo presidente de la FIFA. Pero con el paso de las horas ha modificado la estrategia para intentar acelerar con los votos lo que posiblemente nunca llegue por la vía judicial. «Ya es suficiente. Sinceramente, como alguien que ama a la FIFA y a su historia, estoy asqueado, incluso irritado», aseguró Platini ayer en conferencia de prensa. «Nos hemos reunido con las 53 federaciones europeas que pertenecen a la FIFA para preparar, con el secretario general de la UEFA, la agenda del congreso de la FIFA», explica Platini. «El viernes, la gran mayoría de estas federaciones votará por el príncipe Ali bin Al Husein. La gente no quiere a Blatter como presidente de la FIFA y yo tampoco», afirma. Muchas federaciones americanas ya han anunciado que también le retirarán el voto. Platini y el resto de presidentes de las confederaciones continentales se reunieron ayer con Blatter. «Le dije lo que pensaba y le pedí que dimitiera. He sido muy claro», confiesa Platini. Uno de los presentes, el presidente de la Confederación Africana, Issa Hayatou, está siendo investigado por la Fiscalía suiza. El presidente de la Concacaf (Norteamérica, Centroamérica y el Caribe), Jeffrey Webb, detenido el miércoles, fue relevado ayer en el cargo por el hondureño Alfredo Hawitt.

«Son tiempos difíciles, no podemos dejar que la reputación de la FIFA se vea perjudicada», asegura Blatter. «Cada uno de los implicados será castigado. El fútbol merece más y debemos responder. No hay sitio para la corrupción», añade. Y mientras, a Jack Warner, antiguo presidente de la Concacaf le añadían la acusación de la Federación Australiana de haberse apropiado de 420.000 euros que debían destinarse a la construcción de un nuevo estadio.