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Carlo sigue buscando

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El Lyon no es el inocente y limitado Bournemouth, pero Ancelotti no cambió sus planes para afrontar en el hostil Gerland el segundo ensayo de pretemporada. El italiano siguió en la que fue la casa de Benzema con la búsqueda de lo que debe ser su nuevo proyecto, así que repartió minutos y probó distintas variantes sin mirar al marcador. El resultado no importa y ante un equipo con mucho más aire en los pulmones, lo lógico era una derrota que evitaron los jóvenes blancos al final.

Ya con el once cargado de canteranos, Morata marcó de penalti y Casemiro aprovechó una mala salida del portero para cabecear el empate definitivo. Antes se habían adelantado los galos con un delicioso remate sin mirar de Granier y un tanto del inagotable Lisandro López. Lo demás, lo realmente importante, fueron los ensayos de Ancelotti, que dejan ver lo que será su idea. Dijo a su llegada que su fútbol será ofensivo y para el primer tiempo propuso un esquema con Illarramendi como único centrocampista con espíritu defensivo. Por delante estaban Isco, Özil, Di María, Cristiano y Benzema. Un experimento sugerente, pero que habrá que perfeccionar. Sufrió el Madrid con ese traje por culpa de la solidez del Lyon y por la falta de rodaje, aunque también es cierto que cuando los «jugones» conseguían asociarse se adivinaban cosas buenas.

Parece claro que este Madrid va a cambiar sus costumbres y la posesión y el balón van a estar en la base de todo. Illarramendi se estrenó como titular, pero la cosa fue breve, porque se resintió de sus problemas musculares. En la media hora que estuvo enseñó su facilidad para encontrar la decisión más fácil y adecuada y cierto instinto para el corte. Sus achaques dieron opción a Casemiro, candidato a sorpresa agradable de la pretemporada para Ancelotti. El brasileño tiene calidad y carácter para ser protagonista esta temporada y con él y Khedira se entonó el Madrid tras el descanso. El ex del Castilla sabe pegar cuando hace falta y ordenar y darle ritmo al equipo. Quizá como Carvajal, no va a tardar en subir posiciones en la pizarra del Carlo.

Con Cristiano e Isco más apagados que otras veces y con sólo algún guiño de Özil, hubo tiempo para todos los discípulos de Toril y hasta para Adán. El portero está más fuera que dentro y tuvo su momento antes de su adiós.

El que no se va es Jesé, que ayer renovó su contrato y al que Ancelotti tiene ganas de probar cuando vuelva de las vacaciones. Su cláusula ahora es de 200 millones.