Real Madrid
Y el CSKA volvió a ganar al Madrid (0-3)
No es grave ni tiene ninguna incidencia, lo peor es el sabor de boca que queda, esa sensación amarga tras una tarde de frío y tres goles del CSKA
No es grave ni tiene ninguna incidencia, lo peor es el sabor de boca que queda, esa sensación amarga tras una tarde de frío y tres goles del CSKA. No le iba nada al Madrid en el choque, pero nadie esperaba que el equipo ruso ganase en el Bernabéu y se quede fuera de Europa, porque tampoco va a la Liga Europa, después de haber ganado seis puntos contra el Madrid, hacerle cuatro tantos en dos partidos y no recibir ninguno. Estas cosas tiene el fútbol.
El campeón de Europa llega al sorteo del próximo lunes como primero de grupo, porque lo que tenía que hacer ya lo había hecho. El choque contra los rusos era una prueba para muchos futbolistas y acabó siendo un disgusto. El público discutió sobre Isco, al que muchos pitaron y otros respondieron después aplaudiéndole, en esos debates tan del Bernabéu acerca de sus jugadores en mitad de los partidos; Bale asustó a todo el mundo tirándose al suelo y tocándose el tobillo. Cada vez que se cae el suelo todo el mundo teme lo peor: ésta vez no pasó nada y siguió jugando. Todo fue enrareciendo un ambiente preparado para otra cosa, para algo como el choque contra el Melilla, para disfrutar y para ver que Isco y Asensio, sobre todo, pueden debatir con Solari acerca de su sitio en el equipo titular. Ese debate es mejor dejarlo para otro día porque es mejor olvidar este encuentro y esperar el sorteo y los partidos en serio.
Aunque Isco y Asensio y Vinicius y Benzema no hicieron mala primera parte. Sobre todo cuando pudieron correr, se asociaron bien, como se entienden los jugadores de calidad. Detrás de ellos, Solari puso a Marcos Llorente y a Fede Valverde para asegurar la espalda. El campo, sin embargo, se le hizo demasiado ancho. Porque el equipo ruso aprovechó el lado de Marcelo para hacer daño las dos veces que llegó. No le hizo falta más, ni una exhibición ni siquiera ser mejor que el campeón durante la primera mitad. Pero hizo dos goles y los de Solari, ninguno. Hubo buenos momentos, más esporádicos que constantes, pero se vieron las buenas maneras de Vinicius, un jugador interesante, que entiende el juego colectivo y desborda. Asensio probó su cañón varias veces e Isco se movió bien antes de que su partido se convirtiera en un debate durante un rato. Luego, al final del partido, ni quedaron ganas para discutir.
El CSKA aguantó y logró lo inesperado. No está Marcelo para muchos trotes todavía. Siempre se dice que lo que perdona por atrás merece la pena por el daño que hace cuando llega al área, pero durante los minutos que estuvo en el campo, apenas pisó el área rival y concedió mucho por su lado, demasiado. Tampoco le ayudaron dos centrales en prácticas. A Vallejo y a Javi Sánchez les costó hacerse temer en su puesto. La labor de los centrales es dominar el choque y mandar sobre el resto del equipo, pero o la juventud o la timidez o que el choque se les torció, pasaron por el encuentro de puntillas. Courtois, titular también en este choque sin nada en juego, fue fusilado las tres veces que el CSKA disparó a puerta.
Dos en la primera mitad y otra tras el descanso, cuando Solario sacó a Bale, Kroos y Carvajal para intentar enderezar lo que se torcía. Si en la primera parte el equipo dio la cara y fue mejor que los rusos, aunque demasiado frágil atrás, después no salió nada. El partido cayó en la atonía, en si Isco o en si Bale. Los rusos hicieron lo que en Rusia: echarse atrás y no sufrir nada de nada. El Madrid estaba frío, algo tristón y con muy poco interés, la verdad.
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