Bayern Munich
«Como en los entrenamientos, Illarra»
Hay un vídeo que está circulando en internet hecho por @LuisCalles9 con el fin de motivar a los futbolistas del Real Madrid. En una de las imágenes se ve la falta que Alonso comete en el partido contra el Bayern y que le cuesta la amarilla y la sanción. «Quiero que cerréis los ojos y quiero que penséis en vuestro hermano. Él moriría por estar con vosotros en el campo», dice la voz en off mientras Xabi se tapa la cara con las manos, sobre el césped de Múnich, lamentando su suerte. «Quiero que guardéis esa idea en vuestro corazón». Xabi Alonso retuiteó ese vídeo para animar a sus compañeros. Todo el madridismo lamentó esa amarilla, pero sólo a uno le cambió la vida completamente: Illarramendi, cuyo papel iba a ser secundario en la final, y ahora es uno de los protagonistas principales del duelo contra el Atlético. Nunca en sus 24 años se ha visto en una situación parecida, en un partido de tanto nivel. Él, un chico muy tranquilo y bromista con los amigos, al que le gustan los documentales de animales, se encontrará pasado mañana en el centro del Madrid, que es el centro del mundo.
El martes, en el entrenamiento abierto para la Prensa, cuando los futbolistas se retiraban del campo lentamente mientras Ramos bromeaba con Arbeloa a la espalda de Khedira, otros iban a su ritmo, quizá pensando en lo que esperaba. Xabi marchaba al lado de Illarramendi, como lleva haciendo estos últimos días. Hay que protegerle, y animarle y darle confianza, hay que hacerle saber que puede ser tan bueno como Alonso. Xabi es su guía, el hombre que le aconseja. Arbeloa es uno de los que más le anima. Y Casillas es quien le hace sentirse cómodo con sus bromas y vaciles. No hay futbolista sobre el que más estén los focos que el centrocampista vasco. No hay jugador más mimado ahora en la plantilla blanca.
«Nació para jugar al fútbol, entiende el juego de manera natural. No había que explicarle nada», aseguraba a este periódico Imanol Idiakez, ahora técnico del Toledo y que le entrenó en el filial de la Real Sociedad. Illarra llegó de San Sebastián para ser el recambio de Xabi mientras estaba lesionado y para aprender de él. A sus 24 años, se le considera una de las jóvenes perlas del fútbol español, un mediocentro al que sólo le faltaba curtirse en un gran equipo y adquirir la personalidad que se necesita en esa posición. Cuando llegó, algunos pensaron que sí, que era bueno, pero que no es sencillo jugar en un equipo como el Real Madrid y en un lugar tan determinante como el que él ocupa. Cuando Xabi está en el campo, no deja en paz a nadie. Él dirige la posición del resto, intenta que el equipo se mantenga unido y frena las ganas atacantes de sus acompañantes en el centro del campo, ya que todos tienen alma de delanteros. Illarra, por tiempo en el club, por años, todavía no puede hacer eso.
«Como en los entrenamientos, Illarra, como en los entrenamientos», le repite estos días el resto de la plantilla. En los partidillos de Valdebebas, que se juegan a uno o dos toques, en un campo pequeño delimitado por conos, Illarramendi muestra un criterio que no posee casi ningún otro en el vestuario. «Entiende los espacios y tiempos, parece que para el tiempo y toma la decisión correcta», continuaba Idiakez en este periódico.
Pero en los partidos de competición no ha tenido tanta suerte. Illarra hizo un encuentro sensacional en el Camp Nou, cuando salió para sustituir a Ramos y dio sentido al equipo. Fue su gran momento. Después ha tenido otros días buenos, ha cometido un error de bulto contra el Borussia Dortmund y fue sustituido en el descanso del encuentro del Bernabéu contra el Valencia. Los que le conocen aseguran que eso le ha «afectado psicológicamente» y también que ha estado «nerviosillo», pero también insisten en que tiene muchas ganas de jugar la final, de demostrar que tiene categoría para estar en el Madrid y para empezar de titular el partido más importante en 12 años. Es en los peores momentos donde se ve la personalidad de un futbolista e Illarra quiere jugar la final para demostrar lo que vale. «A Illarra le veo bien, tranquilo y con confianza», asegura Ancelotti, que últimamente ha tenido que contestar a varias preguntas sobre el centrocampista. El italiano le ha puesto muchas veces en una posición más adelantada, donde a Illarra le cuesta más ver el fútbol. El sábado hará de lo que sabe, de Xabi, como hace en los entrenamientos.
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