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El Barça baja el ritmo

El líder empata ante un gran Valencia un partido que le salvó Valdés en el último minuto. Los locales desconectaron el juego azulgrana

El Barça baja el ritmo
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A falta de continuidad en el juego, asfixiado por el entusiasmo y por la presión del Valencia, el Barcelona vivía de los detalles.

A falta de continuidad en el juego, asfixiado por el entusiasmo y por la presión del Valencia, el Barcelona vivía de los detalles. Detalles como un pase de Messi que recorrió medio campo evitando los pies de los jugadores de blanco para caer en las botas de un azulgrana, Cesc, que remató fuera, muy cerca del poste. La única ocasión del Barça, y era ya la segunda parte, hasta que Villa desperdició un pase de Alves, que previamente había recogido otro balón largo de Xavi. Otro detalle del «6» del Barça, oscurecido y cansado en las últimas jornadas. Lo malo de los buenos pases es que son los goles los que los hacen eternos. Y ninguna de las dos acciones acabó en premio, así que quedarán en el olvido. Con las paradas sucede lo contrario: se trata de evitar los goles y si lo consigues y es en el último minuto, cuando tu equipo va 1-1, se convierten en uno de los titulares.

Así de empatado y en ese minuto iba el encuentro en Mestalla cuando Piqué perdió el balón ante Cissokho y Valdés tuvo que lanzarse con todo, a tapar la mayor portería posible, para que Soldado estrellara el balón contra él. Un detallazo del portero que no quiere seguir en el Barça más allá de lo que dice su contrato, pero que mientras esté es indiscutible. Fue el tercer detalle del líder el día de su segundo «tropiezo» consecutivo en Liga lejos de su estadio. Y las comillas en tropiezo van porque Mestalla nunca ha sido una visita fácil para el conjunto catalán y llegaba después del duro clásico del miércoles, y porque el Valencia lo hizo casi perfecto para desactivar el fútbol de su rival, que no se sabe si está con menos gas o se lo está tomando con calma dada la ventaja que tiene al frente de una Liga que sólo puede perder. Sin sentirse amenazado, ha bajado las pulsaciones.

El equipo de Valverde dejó al Barcelona en esas dos únicas ocasiones en 90 minutos y en un gol en contra, que no llegó en ninguna de ellas. Lo hizo en un penalti por atropello de Joao Pereira a Pedro; torpe el portugués, pasado de revoluciones en una acción que pudo evitar. Lo transformó Messi en su único tiro a puerta en el encuentro, otro motivo de orgullo para el Valencia. De todas formas, Leo suma doce jornadas de Liga consecutivas con gol. Marca jugando bien o regular (como ayer), porque malas tardes casi nunca tiene. El Valencia hizo de la intensidad su «leitmotiv» y el Barcelona nunca se sintió cómodo para salir con la pelota jugada. Es la apuesta que más daño hace al equipo de Roura, que obliga a Valdés a rifar balones o a Xavi a dar un pase malo, pero también la más difícil de mantener en el tiempo porque exige demasiado físicamente. Los locales aguantaron muchos minutos con esa presión alta y sólo al final, en el último cuarto de hora, tuvieron que meterse atrás por falta de aire. Pero ni así renunciaron al ataque, y fruto de uno de los sustos llegó el paradón de Valdés, que ya había tenido que intervenir antes en un disparo de Canales.

Poco pudo hacer Víctor en el tanto encajado a la media hora, en un balón que le cayó a Banega en el área después de un mal despeje de Piqué y de que ningún centrocampista estuviera pendiente del argentino. Banega fusiló a Valdés, como Messi hizo con Guaita en un penalti que se pareció a un cañonazo. El «10» se dejó de sutilezas en esta ocasión y el partido volvió a donde estaba: a las tablas, a los problemas en la circulación del Barça y a los robos con cierta continuidad del Valencia, que logró llevarle varias pelotas a Soldado. El delantero se desmarcaba impecable, pero no encontraba portería en los remates, fuertes y desviados.

Los azulgrana vivían de los detalles de Iniesta, ayer más intermitente, pero tan exquisito como siempre, tanto en la izquierda como en el centro cuando entró Villa. El «Guaje» esta vez le ganó la partida a Alexis para dar refresco al ataque catalán y tuvo el gol, pero cruzó demasiado. Jordi Alba subía por el costado zurdo por sorpresa, pero sus pases no encontraron rematador. Ambos se enfrentaban a su ex equipo y perdonaron. Alba inquietó en ataque, pero sufrió en defensa.

Sólo en los minutos finales el Barcelona logró mantener mucha posesión en campo rival, parecerse a sí mismo, pero esta vez Messi, algo más individualista que de costumbre, menos en una opción en la que decidió centrar cuando estaba solo, no se convirtió en ejecutor. El Valencia no se descompuso en ningún momento y al final ambos equipos parecieron dar el empate por bueno. Cuando Valdés «detuvo» a Soldado, Roura pidió calma desde la banda: tener la pelota y no arriesgarla en exceso. No se fue su equipo a por un triunfo desesperado que tampoco necesitaba. Para el conjunto local, sumar un punto ante el líder no está nada mal.

Ficha técnica:

1 - Valencia: Guaita, Joao Pereira, Rami, Ricardo Costa, Cissokho, Víctor Ruiz, Tino Costa, Bernat (Piatti, m.70), Banega (Canales, m.69), Guardado (Jonas, m.86) y Soldado.

1 - Barcelona: Víctor Valdés, Alves, Piqué, Mascherano (Puyol, m.55), Jordi Alba, Busquets, Xavi (Thiago, m.90), Cesc (Villa, m.72), Pedro, Iniesta y Messi.

Goles: 1-0, m.33: Banega. 1-1, m.39: Messi, de penalti.

Árbitro: González González (colegio castellano-leonés). Amonestó por el Valencia a Cissokho, Guardado y Soldado y por el Barcelona a Mascherano.

Incidencias: partido disputado en Mestalla ante 45.000 espectadores.