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El Bernabéu busca apellido

Así lucirá el nuevo estadio Santiago Bernabéu
Así lucirá el nuevo estadio Santiago Bernabéularazon

En el libro «Barça-Real Madrid. Compitiendo por liderar el negocio del fútbol» (de la editorial LID), Alfredo Gatius asegura, junto a José María Huch, que una de las grandes diferencias entre los clubes más poderosos de España y del mundo es la explotación que hacen del estadio. Puede que el Barcelona tenga más abonos, pero es el club blanco quien los rentabiliza mejor. El libro cuenta cómo con la llegada de Florentino Pérez a la presidencia del Madrid, el fútbol se modernizó en España. Hasta entonces, los clubes españoles gastaban tanto o más de lo que facturaban y primaban los ingresos por abonos y entradas. Con Florentino, apareció un nuevo gestor con reglas de juego que ya se daban en clubes europeos: había que encontrar mercados, había que sacar beneficios del nombre del club, había que abrir nuevas vías de financiación. El estadio, por ejemplo: si el Madrid ya lograba el máximo rendimiento en explotación, hoy se presenta el nuevo Bernabéu, cuyo fin es lograr aún más beneficios. Pasado el medio día, en el palco del estadio, la casa del Madrid entra en el futuro.

Fue a don Santiago Bernabéu a quien se le ocurrió construir un estadio al lado de los terrenos donde jugaba el equipo. Se le llamó Nuevo Estadio Chamartín; después, Santiago Bernabéu. En 1947 ya se jugaban partidos allí, en 1952 se terminó la obra. Después se ha ido ampliando: sobre todo a finales de los ochenta y hasta ahora, cuando comenzará una obra que cambiará el estadio para sacarle el mayor beneficio posible, como ocurre en los grandes clubes del mundo. La idea es que aumente el graderío, que tenga un techo retráctil, un hotel y un nuevo centro comercial. Cambia la fisonomía del estadio, cambiará también su nombre. El Santiago Bernabéu, que también da nombre a la parada de metro que está enfrente, tendrá un segundo apellido, aunque aún no se ha encontrado sponsor. En un principio, la entidad de la Castellana buscaba un patrocinador, un nuevo socio que ahora mismo no tenga relación con el club. Se habló de Microsoft, aunque con la empresa de informática se están planteando nuevos proyectos virtuales. También corrió el rumor, luego desmentido, de que Coca Cola quería sumarse al proyecto. Ahora mismo, no hay nada decidido y desde el club se sigue buscando un acuerdo que permita abaratar el coste de las obras que, según cifras no oficiales, se acerca a los 400 millones.

Lo que pretende el Real Madrid es similar a lo que se hace en otros deportes y en otros espectáculos. No hay mejor ventana que el estadio madridista, sede de partidos casi cada semana y uno de los museos más visitados de la capital, si no el que el más.

La empresa que se asocie al estadio sabe que su nombre se va a repetir infinidad de veces en los medios y va a estar en el imaginario de los millones de madridistas que hay por el mundo. Es una ventana global. Aunque nadie en el club da cifras oficiales, se habla de que cuando llegue el nuevo patrocinador, podrá dejar en la caja blanca unos 40 millones de euros. A largo plazo, rentabilizaría la obra. A esto hay que sumar que, una vez que se termine el proyecto de GMP-L35, habrá más beneficios por las gradas, también gracias al hotel y al centro comercial. «Al nivel actual –acaba Alfredo Gatius, autor del libro de la editorial LID–, tanto el Madrid como el Barcelona pueden haber llegado al techo de generar beneficios. Tienen que buscar un clic que les haga saltar del nivel». El estadio puede ser ese clic.