Atlético de Madrid
El corazón del Atlético
Diego Costa marcó y dominó él solo a los dos centrales del Madrid
Diego Costa copió el gol que marcó en la final de Copa. El mismo estadio, el mismo portero y la misma alegría. El delantero del Atlético dominó el partido en el área madridista, jugó a lo que quiso con los centrales del Madrid y todavía tuvo oportunidades para marcar otro gol, al menos. Pero la pelota se le quedó atrás cuando ya encaraba a Diego López y el mano a mano lo salvó el portero madridista con los pies.
Diego dominó el partido sin renunciar a ser él mismo. Cada pelota disputada con Sergio Ramos era una guerra entera. Una pelea que no dejó heridas. «Esto forma parte del fútbol. Él es un grandísimo delantero y me gusta enfrentarme a los mejores», admite el capitán madridista. Lo mismo sucedía con Pepe en cada balón dividido. Y aumentó su plantilla de enemigos con Diego López. El guardameta madridista se encaró con él después de lanzarle una patada. Y Arda Turan tuvo que apartarle de Mateu para que no le expulsaran. Pero nada de eso preocupa a su entrenador. «Diego se maneja bien. Si le quitamos la vivacidad con la que vive los partidos, no sería él», dice con orgullo Simeone. «Ha jugado un gran partido contra futbolistas de mucha jerarquía. Es valiente, humilde y está en buen momento», añade el técnico. «Diego Costa es un jugador que queremos porque tiene un valor importante para nosotros y tiene sus cosas, como ha tenido, tiene y tendrá. Hay que aceptarlo como es», reconoce el gerente del Atlético, Clemente Villaverde.
Simeone insiste en que Diego Costa todavía no ha alcanzado su máximo rendimiento. «Le queda mucho por mejorar. Conversamos mucho con él en el día a día. Lo mejor es la ilusión que tiene. Es contagio puro. Es uno de los corazones de nuestro equipo. Transmite y sus compañeros lo valoran mucho», admite el preparador rojiblanco.
«Está espectacular», dice Koke. El centrocampista le dio el pase de gol y juntos han formado una sociedad explosiva para el Atlético. Diego Costa se marchó del campo cuando el partido estaba cerca del final. Un partido agotador para él, que abandonó el campo con heridas en las piernas provocadas por los tacos de Arbeloa en un pisotón involuntario.
El delantero brasileño es el principal culpable de que el Atlético haya mejorado, con siete triunfos consecutivos, su mejor arranque de la historia. Tampoco antes había ganado dos partidos seguidos en el Bernabéu.
«El trabajo no se negocia»
Reconoce Diego Simeone que hay un equipo que le interpretó al menos tan bien como este Atlético. «El Estudiantes de La Plata», dijo sin dudar. «Aquellos chicos trabajaban con la misma intensidad que éstos». Porque el Cholo admite que en el fútbol el pasado nada vale. «No puedes quedarte a mirar lo que has hecho», asegura. «Hay un idea que no se negocia, el trabajo, y nadie es más importante que el equipo», anuncia el preparador rojiblanco. Un pensamiento que sus jugadores llevan grabado en el alma. Pero todavía no quiere pensar en ganar la Liga: «Sería demagógicamente perfecto decir que ahora sí somos candidatos, pero esto es muy largo».
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