F. C. Barcelona
El «sevillano» rompemuros
Rakitic, aparte de trabajo y calidad, da al Barça tiro exterior ante defensas cerradas. Así llegó el primer gol ante el Guangzhou. Messi, recuperadO
Cuando jugaba en el Sevilla, donde llegó a ser capitán pese a estar sólo cuatro temporadas, a Rakitic le llamaban el «croata». En el Barcelona es el «sevillano». Así de empapado está el centrocampista de la cultura española y de la capital andaluza. Empezando por el marcado acento de su castellano y continuando por su mujer, sevillana, y su suegra, fan del conjunto hispalense y capaz de decir a su yerno que si volvía a fallar un penalti le mataba; o de mandarle una foto de su perro cuando lo falló, diciendo que el animal los tiraba mejor que él. Cuando les va a visitar, juntos ven la serie «El secreto de Puente Viejo», como ha confesado en Barça TV. Así es el «sevillano» nacido en Mohlin, Suiza, y nacionalizado croata.
En una campaña y media, se ha ganado un hueco importante en el vestuario azulgrana. Siempre se destaca la capacidad de Suárez y Neymar de adaptarse al liderazgo de Messi. El caso del Rakitic es similar. De estrella en el Sevilla a obrero cualificado en el Barcelona, porque su despliegue sobre el campo es tremendo. Es el escudero de Messi, con quien se asocia por el lado derecho, y si tiene que correr hacia atrás lo hace, como ante el Guangzhou, cuando evitó una ocasión de gol yendo al corte, como si fuera un central, justo después de que Suárez hubiera marcado el 1-0. Precisamente ese gol simboliza otra de las cosas que aporta a este equipo. Históricamente se acusa al Barça de ser muy retórico y de querer meterse hasta dentro de la portería. Contra defensas cerradas es difícil combinar en la zona de peligro y una de las alternativas es el lanzamiento lejano. «Ante un equipo así, con muchos jugadores en el carril central, escogimos llegar a través de combinaciones, con centros por banda o desde el tiro exterior. Son recursos que tenemos que utilizar, sobre todo Rakitic», confesó Luis Enrique tras superar las semifinales. Por eso Iniesta lo intentó casi al comienzo del duelo ante el Guangzhou, pero mandó el balón desviado. Con Rakitic fue diferente. Es un experto en ese arte. Contra el Dépor, por ejemplo, marcó el 2-0 en un tiro lejano, aunque después la relajación azulgrana fue aprovechada por los gallegos para empatar.
Rakitic no es muy goleador, pero sí tiene gol, y ha aparecido esa faceta en citas importantes como los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Manchester City o en la misma final, el 1-0 ante la Juve, llegando desde atrás, otra de sus cualidades. No figura el primero en casi ninguna estadística, pero siempre es de los primeros. Contra el Guangzhou fue el tercero que más remató (3 tiros), sólo superado por Suárez y Munir (4); el tercero que más pases dio (109), por detrás de Piqué (123) y Busquets (118); y empata con el propio Busi y con Jordi Alba como el que más balones recuperó (10). El Mundialito es el único título que no ha ganado a nivel de clubes. Quiere dedicárselo a su hija y al hijo que espera. Y, seguramente, celebrarlo con un salmorejo, su comida preferida.
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