El Atlético, sin identidad

¿Un equipo de niños? Simeone habló en la víspera de que el actual Atlético es más inmaduro que el del curso pasado al irse gente como Miranda, Arda y Raúl García. Estamos, pues, ante el proceso de adaptación de los jóvenes como Correa, Óliver Torres y Vietto. Y el argumento del técnico rojiblanco puede ser válido porque en muchas fases del partido le faltó madurez, tranquilidad y ese poso de experiencia necesario cuando enfrente hay un rival como el Benfica, un equipo cuajado, experto y que depende mucho del guante de Nico Gaitán, motor, cerebro y referencia ofensiva de los benfiquistas.

Correa, pese a su juventud, tiene descaro, arrobas de fútbol en sus botas y valentía para encarar a los rivales. Quiere Simeone que juegue como lo hacía en San Lorenzo y el jugador se esfuerza. Tanto que fue el más destacado en el primer tiempo –junto al trabajo de Gabi, Tiago y Juanfran– y el que, además, abrió el marcador –se estrenó como goleador en la «Champions»– cuando el Atlético se había empeñado, en base a su juego directo y poco elaborado, en ser el amo del partido. El Benfica se defendía bien, buscaba la salida por las bandas con Semedo e Eliseu; Gaitán movía a sus compañeros y el ex valencianista Jonas apareció en un par de jugadas de calidad. El más flojito, Raúl Jiménez. El mexicano quería dejar su impronta en el Calderón, pero se ahogó entre Godín y Filipe Luis.

El problema del Atlético es que sus llegadas las desperdició Jackson. El colombiano, del que Simeone no duda de que marcará goles, volvió a estar negado en la definición. Un remate de cabeza y dos disparos ante Julio César los mandó al limbo.

Griezmann no ofrecía su mejor versión, pero Correa acertó a marcar en una dejada del francés. Un gol que debía servir para que el Atlético leyera el partido, lo llevase a su terreno y controlase al rival. Lo intentó, pero faltó tranquilidad, pase, posesión y ese plus de personalidad que se le pide a todo equipo grande. Lo que permitió que Gaitán hiciese un golazo tras un desvío de Godín con la cabeza. El empate descolocó a los rojiblancos, que se fueron al descanso con dudas. Las mismas dudas que tuvieron los aficionados que no ven al equipo tan sólido como esperaban.

Y como todo puede empeorar, el gol de Guedes –18 años– nada más comenzar el segundo tiempo fue otro mazazo. Gaitán le puso un balón de oro, Filipe Luis no llegó y el portugués la mandó lejos de Oblak. Un gol con diez porque Raúl Jiménez estaba fuera del campo.

Otro partido a remar contra corriente y a intentarlo ante un Benfica que conoce el oficio y que se manejó bien. Además, Julio César hizo dos paradones a Jackson y Correa en la misma jugada.

El quiero y no puedo del Atlético permitía las contras del Benfica, con Gaitán de lanzador y el miedo en los rojiblancos. Como no funcionaba casi nada, Simeone buscó la reacción con Saúl, Vietto y Torres, que compartió responsabilidad con Jackson. Buscaba el empate, como mal menor, el equipo rojiblanco, pero se imponían los defensores lusos y la primera derrota en «Champions» en el Calderón se consumaba. El Benfica había tenido más oficio. El suficiente para imponerse a un Atlético que no ha encontrado el rumbo adecuado. Y el domingo, nada menos que el Madrid.

- Ficha técnica:

1 - Atlético de Madrid: Oblak; Juanfran, Giménez, Godín, Filipe; Gabi, Tiago, Óliver (Saúl, m. 63); Griezmann (Vietto, m. 71), Jackson Martínez y Correa (Torres, m. 75).

2 - Benfica: Julio César; Nelson Semedo, Luisão, Jardel, Eliseu; Gonçalo Guedes, André Almeida, Andreas Samaris (Fejsa, m. 73), Nico Gaitán; Raúl Jiménez (Mitroglou, m. 71) y Jonas (Pizzi, m. 79).

Goles: 1-0, m. 23: Correa, de volea a pase de Griezmann dentro del área. 1-1, m. 36: Gaitán, de disparo cruzado. 1-2, m. 51: Guedes remata en el segundo palo un centro desde la izquierda.

Árbitro: Gianluca Rocchi (Italia). Amonestó al local Óliver Torres (m. 55) y a los visitantes Eliseu (m. 22), Luisao (m. 29) y Jardel (m. 83).

Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada del grupo C de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 50.000 espectadores, 3.000 de ellos del Benfica.