Suiza-España: El día que Unai Simón fue Casillas

En otros tiempos, cuando la selección se iba a los penaltis, los aficionados espantaban el miedo gritando el nombre de Casillas. El santo no era el santo por casualidad. Su magia en las tandas era conocida y tenerlo al lado era una garantía. Unai Simón se vistió en San Petersburgo con el traje de héroe que tan bien le quedaba a Iker y metió a España con sus dos paradas en las semifinales de la Eurocopa. De hecho, desde su fallo en el comienzo del partido ante Croacia, el guardameta del Athletic ha sido, de largo, el futbolista más determinante de la selección. Y la gran clave para estar en semifinales, porque sus paradas evitaron que los croatas se pusieran por delante en la prórroga de octavos y, en cuartos, no tuvo tanto trabajo durante los 120 minutos, pero después surgió majestuoso en el desempate.

«He sentido euforia y mucha rabia por el trabajo del equipo durante el partido. No era justo llegar a los penaltis, teníamos que haber ganado antes», decía el portero, que últimamente siempre se las apaña para ser el gran protagonista. Detuvo dos de los cuatro lanzamientos y un tercero se fue fuera. Unos números que no se daban con España en un gran campeonato desde Casillas en el Mundial 2002 en octavos de final ante Irlanda. Entonces uno de los balones se fue al travesaño y los otros dos los detuvo Iker.

El de Vitoria se quitaba mérito sobre su papel en los penaltis. «La tanda es un poco de suerte, de lotería, y ha caído de nuestro lado», decía antes de reconocer que había estado estudiando a los lanzadores durante las horas previas al choque. «Los porteros, en estos tiempos, analizamos a los jugadores y viceversa. No es ningún secreto. Durante el día había visto los penaltis que teníamos recopilados. Sabía la tendencia de por dónde tiraban los suizos. Se trata de ir convencido a un lado. Luego ellos pueden cambiar, como hizo el primer lanzador. La verdad es que el fútbol fue justo en este caso», continuaba.

Antes de ponerse entre los palos estuvo un buen rato hablando con Luis Enrique, que se detuvo más tiempo con su guardameta que con el resto. «Nunca voy a hacer públicas esas conversaciones con el cuerpo técnico, pero el entrenador tiene parte de culpa de que tengamos esta victoria. Nos ha hecho ganar esta tanda de penaltis», admitía. Luis Enrique sí desveló lo que comentó. «Le dije que hiciera lo que quisiera, que se moviera, que se quedara quieto... El mérito y la habilidad las tiene él. Le he visto parar muchos penaltis en los entrenamientos. Es un especialista», cerraba exultante el míster después de una noche histórica con Unai como héroe.