
Final de la Champions League
Final PSG-Inter: el secreto del cambio radical de Dembélé con Luis Enrique
El nuevo Ousmane ha encontrado su sitio en este PSG más coral y sin «9» puro. Agradece a Luis Enrique la confianza y la libertad que le ha dado para brillar

El París Saint Germain es finalista de la Champions League, pero sus comienzos en este nuevo formato fueron más los de un equipo que no iba a ser capaz de meterse ni en la repesca. Solo marcó tres goles en los cuatro primeros partidos, en los que sobrevivió con una victoria ante el Girona gracias a un error imperdonable de Gazzaniga. Los de Luis Enrique jugaban bien, tenían la pelota y el dominio, pero se les nublaba la vista delante del portero rival. Todo cambió en las últimas tres jornadas y las cuatro eliminatorias a doble partido. Once encuentros en los que han marcado 30 goles, como ese bote de kétchup del que no salía nada y de repente se desborda.
No tiene el esquema de Luis Enrique un punta de referencia, un tanque al que mandarle balones. La delantera la forman dos extremos muy abiertos y un nueve falso que se mueve también por todos los lados. Ahí aparece la figura de Dembélé, pero no la del futbolista que fracasó en el Barcelona, sino la del Ousmane actual, un jugador que ha madurado y de repente se ha revelado como líder y goleador. Nunca tuvo el carácter para tirar del grupo, porque era más bien despistado y poco hablador, pero ahora es un hombre distinto, con mucho más temperamento dentro del campo y que es capaz de gritar a sus compañeros para que no dejen de intentarlo.
Seguramente ni él mismo se esperaba el rendimiento goleador que ha tenido esta temporada, en la que se ha disparado hasta los 33 tantos en 48 partidos. Unas cifras que no estaban para nada en su anterior repertorio. Es, por supuesto, el mejor anotador del curso en el París Saint Germain y el referente en cuanto a puntería de los franceses en esta Liga de Campeones. Lleva ocho tantos en esta edición, empatado con Vinicius y solo por detrás de delanteros del nivel de Guirassy, Harry Kane, Lewandowski o su rival en la final, Lautaro Martínez.
Jugando algo más centrado, pisando más el área, se ha destapado como un «killer», que abrió con un buen remate la ida de semifinales ante el Arsenal en el Emirates.
Con los problemas musculares olvidados y siendo un peso pesado en el vestuario, no hay ninguna duda de que será titular hoy en el partido más importante en la historia del PSG, donde ha encontrado perfectamente su sitio dentro del ecosistema que ha creado Luis Enrique y en el que todos trabajan hacia adelante y hacia atrás.
A su lado en la delantera es un fijo Khvicha Kvaratskhelia, que llegó en el último mercado de invierno a cambio de 70 millones procedente del Nápoles, donde ya era un ídolo. Su exequipo le ha negado el título del Scudetto al Inter este curso y ahora es el extremo georgiano el que quiere hacer lo mismo con los neroazzurri en la Liga de Campeones. Su desequilibrio es fundamental por una banda y, por la otra, se disputan un puesto Barcola y Doué, dos perlas que se reparten los minutos. Uno estará de inicio y el otro entrará en la segunda parte para seguir alimentando la locomotora ofensiva parisina.
«Kvaratskhelia es un súper jugador que se ha adaptado muy bien al equipo», decía ayer sobre su compañero de ataque Dembélé, que no piensa en el Balón de Oro y que ha despegado con Luis Enrique. «Desde el primer día, el entrenador me ha dado confianza y libertad en el terreno de juego», desvelaba sobre su reconversión en crack.
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