Eurocopa

España

Fuego en Del Bosque

La Razón
La RazónLa Razón

Ya advertí –Del Bosque es muy pureta para estas cosas– que en el once del estreno mundialista estarían los coroneles en algunos casos por delante de jugadores más en forma. Me mojo y hago juego de dobles parejas, juego de tronos: está mejor Javi Martínez que Piqué, pero estaba cantado que saldría el azulgrana; y que Koke ya está para coger el testigo de Xavi, pero que la batuta la llevaría el segundo capitán. Así que España salió con Xavi, Piqué (y Casillas, por supuesto), que estaba ante su gran reto y vivió su peor noche. Lo de Diego Costa también parecía evidente: no te vas a jugar los cuartos (o los octavos, de momento, para ser exactos) con otro ariete que no fuese el que más le gusta a Del Bosque... una vez recuperado tras la patosada de la placenta de yegua. Pues bien, todo salió mal, aunque Costa lo intentó, hasta provocar un penalti. Luego Silva pudo matar el partido, pero fue Van Persie quien le robó la cartera a Ramos con Piqué pidiendo fuera de juego que no era, y la tarjeta de crédito a Casillas en su media salida. Holanda se plantó con tres centrales, presión en treinta metros, nos tenían miedo, dieron cera, y fueron duros de western como en la final de Suráfrica. La trampa del cuaderno de Van Gaal había dado frutos antes del descanso, quedaba un mundo... y la venganza de Robben, que fusiló a Iker cuatro años después por abajo y por arriba, tras una falta clamorosa de Van Persie por detrás al portero. Y luego el santo sin corona. Estreno horrible, «debates habemus», ayer esta casa fue una ruina empezando por la... puerta.