Sevilla
La familia Ramos y un osito de peluche
Los niños no entienden los momentos importantes de los adultos. O somos los adultos los que no entendemos sus asuntos importantes: el hijo de Sergio Ramos se sentó en primera fila, junto a su madre, Pilar Rubio, a esperar a que llegase su padre al palco del Bernabéu. Cuando lo hizo, le cogió y le puso sobre sus rodillas. Pero después, mientras el futbolista hablaba, Sergio Ramos junior se puso a llorar. El chupete que le había pasado la mujer que le cuida, escondida tras una columna, sin llamar la atención, no había sido suficiente. Quería lo importante: quería su osito de peluche gris. Pilar Rubio pasó al niño a la mujer y, con discreción se fueron a la parte de atrás del palco para intentar no molestar. Mientras, su padre hablaba y respondía a las preguntas. Pilar Rubio le escuchaba sonriente y a su lado, los padres del futbolista. Detrás, su sobrina, su hermana y su pareja y en el otro lado René, su hermano y representante y una parte fundamental en el tira y afloja que ha sido llegar a un acuerdo de renovación.
«Mi vida está dividida en mi infancia y mis años en el Sevilla y en el Real Madrid. Eso es suficiente motivo para decantarte por la institución más grande del mundo. También está la felicidad de los míos», decía Sergio. Esta semana había colgado en Twitter fotos de él con Pilar Rubio, de vacaciones y presumiendo de embarazo. Sin Casillas, Ramos pasa a ser capitán indiscutible; sin Carbonero, Pilar Rubio pasar a ser la pareja de futbolista del Madrid más buscada por la prensa de corazón, a la espera de que De Gea llegue y Edurne le dispute el puesto.
«Doy las gracias a todos, a mi presidente y a mi hermano. Te doy las gracias, hermano, por tu profesionalidad y tu incondicionalidad. Doy las gracias a los que me han ayudado a mantener el equilibrio», decía Ramos, frente a los periodistas, mientras su hijo dejaba de llorar. Ya tenía el peluche. Lo que de verdad le importaba.
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