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Las jugadoras esperan a Villar
El presidente de la Federación es el único capaz de desbloquear el conflicto
Las jugadoras de la Selección se han cansado de buscar intermediarios y han pedido una reunión con Ángel María Villar, presidente de la Federación y el único que parece con capacidad para despejar un camino que conduce a ningún sitio. Ignacio Quereda, el seleccionador, se define como un hombre «dialogante» y se ofrece a «seguir dialogando» para solucionar un conflicto que puede acabar con la carrera internacional de la mejor generación de futbolistas españolas.
Sin embargo, las jugadoras se quejaban en el comunicado que emitieron después de ser eliminadas del Mundial de que nadie, ni el seleccionador ni el presidente, había hablado con ellas tras la derrota ante Corea. «No queremos tomar las decisiones, pero queremos que se nos tome en cuenta», se lamentan.
Las jugadoras denuncian el trato paternalista del seleccionador, que nunca las ha tratado como adultas. Se quejan también de algunos comentarios despectivos en los entrenamientos. Y lo hacen futbolistas ya retiradas, como Mar Prieto, y otras que aún permanecen en activo.
«No se puede coartar la libertad de expresión de la gente», afirmaba ayer el seleccionador masculino, Vicente del Bosque. «Se ha fallado en la manera que han empleado las jugadoras. Los cauces no han sido los correctos», añade.
«No conozco bien el asunto, solo sé lo publicado por los medios de comunicación. Para mí ha sido una sorpresa que un hecho relevante como la clasificación para el Mundial haya quedado marcado por una mala cuestión. No hemos sabido rentabilizar el éxito. Ha habido un cambio enorme en los últimos quince o veinte años y creo que no se ha utilizado el cauce adecuado», explica Vicente del Bosque. Y destaca «el buen trabajo que se está haciendo en las selecciones inferiores».
Ése es el modelo de entrenador que defienden las jugadoras, el de Jorge Vilda, el seleccionador sub’19. Vilda es un técnico joven –cumplirá 34 años el próximo mes– y que utiliza métodos modernos de entrenamiento, que han servido a la Selección que dirige para ser subcampeona de Europa, un resultado que aspira a mejorar en la próxima Eurocopa, que se celebra en julio.
Una de las mayores quejas de las jugadoras es la falta de preparación de los partidos. No se «espiaba» a las rivales ni se han contratado amistosos para preparar el Mundial. Las futbolistas opinan que los métodos de Quereda, que lleva en el cargo desde la llegada de Villar a la presidencia hace 27 años, se han quedado anticuados.
Quereda es, además, uno de los responsables de la gestión del fútbol femenino, no sólo en el apartado técnico, dentro de la Federación. Él era uno de los encargados de negociar con CGP Sport, la empresa que ofrecía 6,6 millones de euros por explotar los derechos de la Liga durante seis años. Y es también, según denuncia Seyer, la consultora contratada por la Federación para promocionar el fútbol femenino, el responsable de silenciar esa oferta. «Que no se enteren los clubes ni las jugadoras», aseguran que dijo Quereda.
A pesar de que España debutaba en un Mundial en Canadá, las futbolistas no entienden como un éxito haberse clasificado, sino como un fracaso el hecho de no haber sabido aprovechar el potencial de un equipo que llegaba con la ilusión de clasificarse para los Juegos Olímpicos del próximo año en Río. Para lograrlo, debían haber sido una de las tres mejores selecciones europeas.
«Yo soy partidario de escuchar a los jugadores, porque parte del éxito proviene de su inspiración. Sólo creo que se ha utilizado un mal cauce, porque creo que la relación debe ser cordial y cuando se mezclan distintos asuntos es peligroso», insiste Vicente del Bosque. Las jugadoras continúan firmes en su convicción de que con Quereda no hay futuro para el fútbol femenino en España.
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