RFEF

Los conflictos de Rubiales: la paz que no llega

El despido de Lopetegui, la fuga de Cruzcampo como patrocinador y la denuncia por un presunto desvío de dinero cuando era presidente de la AFE persiguen al nuevo presidente

Luis Rubiales, presidente de la RFEF
Luis Rubiales, presidente de la RFEFlarazon

El despido de Lopetegui, la fuga de Cruzcampo como patrocinador y la denuncia por un presunto desvío de dinero cuando era presidente de la AFE persiguen al nuevo presidente

La destitución de Lopetegui fue sólo un síntoma de los nuevos tiempos que llegaban a la Federación. Tiempos de tormenta que comenzaron nada más aterrizar Luis Rubiales en el cargo de presidente. Ganó las elecciones el 17 de mayo y antes de acabar el mes ya había despedido a Vicente Casado, el director de marketing que había contratado Juan Luis Larrea en octubre. Una salida que anticipaba la de Fernando Hierro, que había regresado a la Federación de la mano de Casado.

Los valores que esgrimió cuando anunció el despido de Lopetegui ya habían empezado a asomar cuando suspendió el viaje al Mundial para familiares y patrocinadores por valor de dos millones de euros. Un gasto demasiado elevado ahora que la economía de la Federación no es tan lustrosa como en décadas anteriores. «No estamos para eso», razonaba el presidente de la Federación. Pero la supresión del viaje, unas vacaciones pagadas de ocho días en realidad, tuvo como consecuencia el fin de la relación con Cruzcampo, patrocinador de la Federación durante los últimos diez años. «No nos gusta nada la forma en que se ha gestionado y las declaraciones realizadas, sobre todo porque, aunque el viaje corre a cargo de la Federación, los patrocinadores lo hemos pagado previamente y figura por contrato, entre otra serie de compensaciones», explicaba a los medios Marcos Tarancón, director de Asuntos Corporativos y del Área Legal de Heineken, la empresa matriz de Cruzcampo. La empresa justificó después que la decisión se debía a motivos comerciales, pero el contrato concluirá el próximo 31 de agosto sin posibilidad de vuelta atrás.

Rubiales ha defendido la transparencia desde que llegó a la presidencia. Quizá fue eso lo que le hizo enzarzarse en directo con el presidente del Sevilla, Pepe Castro, por las fechas de la Supercopa. La competición estaba fijada para jugarse a dos partidos, pero las apreturas del calendario llevaron a la Federación a buscar una fecha única y un territorio neutral para su disputa. Se jugará el 12 de agosto en Tánger, algo que no contentaba en principio al Sevilla por la pérdida de taquilla, que la Federación ha conseguido compensar. Más difícil parecía contentar a la afición. «Estupendo jugar en Tánger, pero si tú me obligas. Yo no puedo tomar esa decisión porque la afición se me echa encima», decía Rubiales en la cadena Cope en presencia del presidente del Sevilla. Transparencia.

Pero los peores momentos han llegado justo antes de la asamblea que le fijó un sueldo de 160.000 euros anuales a los que se añade un 0,6 por ciento de los patrocinios de la Federación, lo que le puede hacer ganar más de 300.000 euros anuales –la Federación presupuesta unos ingresos por publicidad de 29,3 millones de euros para 2018–. Pero la denuncia presentada por Miguel Galán, un experto en demandas, no parece intranquilizar a Luis Rubiales. El motivo de la denuncia es el presunto desvío de dinero de la AFE para pagar la reforma de su casa particular cuando era presidente del sindicato de futbolistas. La Asociación de Futbolistas publicó un comunicado en el que aseguraba que el único «desvío» que se había producido era el dinero que recibió la arquitecta encargada de la reforma de la vivienda de Rubiales por un informe que nunca entregó para la construcción de la Casa del Futbolista en Valencia. Rubiales denunció a la arquitecta por acoso y allanamiento de morada.

El nuevo presidente llegó a la Federación para poner paz y transparencia en la institución después de los conflictos de Villar. Pero la paz nunca llega.

Con el apoyo de la UEFA, la FIFA y el COE

La presencia de los presidentes de la FIFA, Gianni Infantino; de la UEFA, Aleksander Ceferin; y del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, en su primera asamblea como presidente federativo, son un motivo de orgullo para Rubiales, que ve fortalecido su mandato. Infantino y Ceferin manifestaron su apoyo a la destitución de Lopetegui a dos días del estreno de España en el Mundial. «Era una decisión valiente y necesaria», dijeron.